2011-07-14 15:32:17

Dolor y preocupación en la Santa Sede tras la ordenación episcopal ilegítima en China


Jueves, 14 jul (RV).- El director de la oficina de prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, ha calificado como hecho doloroso y preocupante y “contrario a la unión de la Iglesia universal” la ilegítima ordenación episcopal del padre Giuseppe Huang Bingzhang, celebrada hoy en la ciudad china de Shantou.

Algunos obispos en comunión con el Santo Padre han sido obligados a participar en esta ordenación ilegítima del obispo de Shantou, con lo que se ha infringido una nueva herida al tejido de la Iglesia católica china, que se añade a la provocada hace dos semanas por otro gesto similar con la ordenación del obispo de Leshan, también esta sin mandato pontificio.

En este nuevo incidente se ha presionado además a algunos prelados chinos que permanecen fieles al Papa para que participaran en la ordenación de hoy, no obstante ya hubieran rechazado tomar parte en la anterior. Este episodio renueva la gran amargura de Benedicto XVI ante la noticia de la ordenación episcopal de Leshan el pasado 29 de junio.

En aquella ocasión, la Santa Sede, manifestando el dolor y la amargura del Papa, había recordado, en una declaración publicada el 4 de julio, que un obispo ordenado “sin mandato pontificio y por lo tanto ilegalmente, carece de la autoridad de gobernar la comunidad católica diocesana” y por lo tanto “la Santa Sede no lo reconoce como obispo de la diócesis que se le ha confiado a su responsabilidad.

La declaración de la Santa Sede recordaba además cuales son las graves sanciones canónicas a las que se enfrenta el prelado ordenado ilegítimamente, es decir la excomunión latae sententiae por la violación de la norma del canon 1382 del Código de Derecho Canónico, porque “una ordenación episcopal sin mandato pontificio se opone directamente al papel espiritual del Sumo Pontífice y daña a la unidad de la Iglesia”.

Se trata de un acto, continuaba la declaración, que “lesiona y produce tensiones en la comunidad católica en China”, mientras que por el contrario “la supervivencia y el desarrollo de la Iglesia sólo puede darse con la unión al que se le ha confiado la misma Iglesia”. “Si se desea que la Iglesia en China sea católica – asegura el texto – se debe respetar la doctrina y la disciplina de la Iglesia”. El documento finalizaba expresando el deseo de Benedicto XVI de dirigir a los fieles chinos unas palabras de ánimo y esperanza, invitándoles a rezar y permanecer unidos.

CVV







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