Lunes, 11 jul (RV).- En la tarde del pasado miércoles 6, en la sede del Convento de
los Santos XII Apóstoles, en Roma, tuvo lugar la inauguración de la exposición “Serbia,
tierra de frescos” por parte del ministro serbio de la Cultura, Pedrag Markovic, y
el embajador de Serbia ante de Santa Sede, Vladeta Jankovic.
La exposición
se compone de 32 copias de frescos realizados entre los siglos XI y XV y que provienen
de la Galería de los Frescos del Museo Nacional de Belgrado. El motivo de que se traten
de copias es porque los originales se encuentran custodiados en iglesias y capillas,
ya que fueron comisionados a los mayores artistas de la época por las dinastías reinantes
y, por tanto, suponen un gran valor patrimonial.
El embajador de Serbia, Vladeta
Jankovic, destacaba que “no todos son conscientes de que el arte de los frescos de
la cristiandad oriental, en particular en Serbia, se han estado realizando casi hasta
la caída del Imperio Otomano” así como que “en realidad el arte figurativo ortodoxo
fue conocido en occidente gracias a las historias de los viajeros”.
Jankovic mencionó
también en su discurso que “en esta muestra se encuentra la mayor parte de las obras
del arte serbio, las cuales requieren la comprensión del arte en el contexto de la
fe, siempre como un nuevo modo de perfección del oriente hasta el renacimiento”.
“A los valores
religiosos no se les dio la dimensión humana que tienen”, nos recordaba de nuevo el
Embajador, añadiendo que “una de las consecuencias de esto fueron las creaciones desde
una distancia a través de la naturaleza. Para subrayar todo el concepto debemos decir
que el espíritu se convierte más importante que lo material y el pensamiento es prioritario
a los sentidos, en el que el arte medieval serbio (en parte aquí presente) no aspiraba
a sesgar la vida real”.
Seguidamente
Jankovic resaltaba que el estado medieval serbio era una de las grandes potencias
europeas en todo el sentido de la palabra, una barbacana cristiana. “Todavía hoy seis
siglos más tarde después de las guerras, en el territorio serbio, existen casi seis
mil frescos, un número significativo que se encuentra en los monasterios de Kosovo”.
Y para
finalizar la exposición de Vladeta Jankovic, éste nos citaba unas palabras de un notable
estudioso:
“La comprensión de los frescos no requiere simplemente sensibilidad
en la percepción de la belleza exterior y en el conocimiento de símbolos, si no que
requiere realmente una observación espiritual, como la creación artística en sí misma
en conforme a la oración”.
Intervención
de Pedrag Marcovic:
El ministro de la cultura en Serbia, Pedrag Marcovic, manifestó
al inicio de su discurso, su orgullo al poder presentar esta muestra de cultura serbia
en la ciudad de Roma.
Marcovic hacía hincapié en el trabajo que vienen realizando,
en colaboración con otros países, para mantener el patrimonio de los diferentes que
poseen este tipo de obras, como son Italia, Turquía, Eslovenia o Moldavia, para encontrar
el modo de frenar el comercio ilegal de las obras de arte.
El ministro resaltó
la importancia de una de las obras presentadas, el fresco de la Regina Simonira añadiendo
que “cada cuadro es solamente un impulso para activar un cuadro que hay dentro de
nosotros y no en nuestros ojos”.
La exposición
se podrá visitar hasta el día 29 de este mismo mes.