Documento ecuménico subraya necesidad de dar testimonio común de Cristo en un mundo
multireligioso
Martes, 5 jul (RV).- En los últimos días de junio, la Iglesia católica y los delegados
de instituciones cristianas firmaron un documento titulado “Testimonio cristiano en
un mundo multireligioso. Recomendaciones para un Código de conducta”. Además del Consejo
Ecuménico de las Iglesias y de la Alianza Evangélica Mundial estaba presente en Ginebra
en representación de la Santa Sede el cardenal Jean Louis Tauran, presidente del Consejo
Pontificio para el Diálogo Interreligioso, quien en una entrevista para nuestra emisora
destacó que el documento ecuménico subraya la necesidad de colocar a disposición de
la sociedad todo el patrimonio que las Iglesias tienen en común, cuando se trata de
dar testimonio de Cristo en un mundo multireligioso.
En este ámbito destacó
que se cuenta con un cierto número de principios que pueden ser muy útiles en el diálogo
que los cristianos están llamados a promover a nivel de las parroquias, escuelas y
de la sociedad en general. El presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso
destacó además que no obstante las divisiones, los valores que los cristianos proclamamos,
deben ser también factores de comunión para la sociedad porque el diálogo interreligioso
no es diálogo entre las religiones, sino diálogo entre los creyentes y por tanto en
la familia, en la escuela, en la vida cultural, añadiendo que estos valores cristianos,
que son promovidos por diversas Iglesias cristianas o por comunidades cristianas,
pueden ser de inspiración y mostrar cómo es posible vivir la unidad en la diversidad.
Sobre el documento titulado “Testimonio cristiano en un mundo multi-religioso.
Recomendaciones para un Código de conducta” el cardenal Taurán destacó que tras cinco
años de trabajos para su elaboración inicialmente hubo problemas para comprender
qué tipo de documento habría sido, si un documento teológico o un documento pastoral.
Al final, explicó, que se optó por la segunda alternativa y por tanto por un documento
más concreto.
Sobre los encuentros previos para el borrador de este documento
el cardenal Taurán destacó que hubo varias reuniones en las que participaron además
de cristianos, musulmanes, judíos, budistas, entre otros. La última se realizó en
Bangkok el pasado mes de enero. Lo que significa que se trató de un trabajo bastante
difícil porque era necesario plantear en modo esquemático las diversas tradiciones
teológicas, el vocabulario, los diversos términos y el sentido de las palabras, porque
en ocasiones la misma palabra no tiene el mismo significado en una religión o en la
otra.
El documento insiste sobre la importancia de la libertad religiosa que
es un tema muy querido por el Santo Padre, y sobre esta cuestión existe una gran ambigüedad,
de hecho, la libertad de religiosa es mucho más que la libertad de culto. La libertad
de culto es tener un templo para practicar la propia religión, y esto es lo mínimo.
Sobre la libertad religiosa añadió que ésta representa una dimensión social: los
creyentes, de cualquier religión, deben poder contribuir al bien de la sociedad, participando
en el diálogo público y mediante el compromiso político, cultural y en todos los campos
de la vida social. Y en materia existen muchas dificultades.
El presidente
del dicasterio para el Diálogo Interreligioso observó que el documento no trata de
la conversión, porque la conversión es el encuentro de dos libertades: la libertad
de Dios y la libertad del hombre y en eso nadie puede intervenir. Este es el gran
misterio. La conversión forzada no tiene ningún valor para nosotros. El diálogo interreligioso
es mirarnos, escucharnos, comprendernos y poner todo aquello que tenemos en común
a disposición de la sociedad por el bien común.