Miércoles, 29 jun (RV).- En su reflexión previa al rezo del Ángelus, ante la multitud
de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, en la solemnidad de los santos Pedro
y Pablo, el Papa Benedicto, después de recordar que los apóstoles Pedro y Pablo son
dos “alas” para el conocimiento de Dios, se refirió a la imposición del “palio” a
los nuevos 40 arzobispos Metropolitanos, “que manifiesta la comunión con el obispo
de Roma en la misión de guiar el pueblo de Dios a la salvación” y agradeció por sexagésimo
aniversario de ordenación sacerdotal: “Le doy las gracias al Señor por su llamada
y por el ministerio que me ha confiado”.
Texto completo de la reflexión
del Ángelus
“O Roma felix”, se canta así hoy, en la solemnidad de los
santos Pedro y Pablo, patronos de esta ciudad. Feliz Roma porque fuiste empurpurada
por la preciosa sangre de estos grandes Príncipes. No por tu alabanza, sino por sus
méritos ¡superas toda belleza! Como cantan los himnos de la tradición oriental, los
dos grandes Apóstoles son las “alas” del conocimiento de Dios, que han recorrido la
tierra hasta sus confines y han subido al cielo; ellos son las “manos” del Evangelio
de la gracia, los “pies” de la verdad del anuncio, los “ríos” de la sabiduría,
los “brazos” de la cruz. El testimonio de amor y de fidelidad de los Santos Pedro
y Pablo ilumina los Pastores de la Iglesia, para conducir los hombres a la verdad,
formándolos a la fe en Cristo. San Pedro, en particular, representa la unidad del
colegio apostólico. Por tal motivo, durante la liturgia celebrada esta mañana en la
Basílica Vaticana, he impuesto a 40 arzobispos Metropolitanos el palio, que manifiesta
la comunión con el obispo de Roma en la misión de guiar el pueblo de Dios a la salvación.
Escribe san Ireneo, obispo de Lión, que a la Iglesia de Roma, por su peculiar principalidad,
deben converger en ella todas las demás Iglesias, es decir, los fieles que están en
todas partes, porque en ella ha sido custodiada siempre la tradición que viene de
los Apóstoles.
Es la fe profesada por Pedro la que constituye el fundamento
de la Iglesia: “Tú eres Cristo, el Hijo del Dios viviente” –se lee en el Evangelio
de Mateo. El primado de Pedro es una predilección divina, como lo es también la vocación
sacerdotal: “porque eso no lo ha revelado ni la carne ni la sangre, -dice Jesús-
sino mi Padre que está en los cielos”. Así ocurre a quien decide responder a la llamada
de Dios con la totalidad de la propia vida. Lo recuerdo con mucho gusto en este día,
en el cual se cumple mi sexagésimo aniversario de Ordenación sacerdotal. Le doy las
gracias al Señor por su llamada y por el ministerio que me ha confiado, y doy las
gracias a todos aquellos que en esta circunstancia, me han manifestado su cercanía
y apoyo a mi misión con la oración, que de todas las comunidades eclesiales sube incesantemente
hacia Dios, traduciéndose en adoración a Cristo Eucaristía para acrecentar la fuerza
y la libertad de anunciar el Evangelio.
En este clima, soy feliz de
saludar cordialmente a la Delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla,
presente hoy en Roma, siguiendo la significativa tradición, para venerar a los santos
Pedro y Pablo y compartir conmigo el auspicio de la unidad de los cristianos querida
por el Señor. Invoquemos con confianza a la Virgen María, Reina de los Apóstoles,
para que todo bautizado se convierta cada vez más en una “piedra viva” que construye
el Reino de Dios. Traducción del italiano Eduardo Rubió - RV
Signo de
santidad, instrumento de reconciliación
En su saludo a los peregrinos
de lengua española, en la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, el Papa Benedicto
invitó a rezar intensamente, para que estimulados por el ejemplo y la intercesión
de estos santos, la Iglesia permanezca signo de Santidad e instrumento de reconciliación.
Palabras
del Papa: (Audio)
“Dirijo
mi cordial saludo a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración
mariana, en particular a los provenientes de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y
Guatemala, que acompañan a los arzobispos metropolitanos que acaban de recibir el
Palio. Invito a todos a rezar intensamente en esta solemnidad de los Santos Apóstoles
Pedro y Pablo, para que, estimulados por su ejemplo y ayudados por su intercesión,
la Iglesia permanezca en el mundo como signo de santidad e instrumento de reconciliación.
Que Dios os bendiga" .