Con el recuerdo de su visita a Auschwitz-Birkenau, el Papa espera que nunca más el
pueblo gitano sea objeto de hostigamiento, de rechazo y de desprecio
Sábado, 11 jun (RV).- “Del tumentsa o si!” [El Señor esté con vosotros!] con
estas palabras en lengua romaní, Benedicto XVI ha saludado a los 2 mil gitanos que,
de toda Europa, han peregrinado a Roma, a la tumba de Pedro, “para manifestar su fe
y su amor a Cristo, a Iglesia y al Papa” ha dicho el Santo Padre. En su discurso en
el Aula Nervi del Vaticano, Benedicto XVI ha recordado que su antecesor, el Papa Pablo
VI dirigió a los gitanos en 1965, estas inolvidables palabras: "Vosotros no estáis
al margen de la Iglesia, en cierto aspecto, estáis en el centro. Sois el corazón mismo
de la Iglesia”.
“También yo hoy
repito con afecto: ¡vosotros estáis en la Iglesia! ¡Sois una parte muy querida del
Pueblo peregrino de Dios, y nos recordáis que "no tenemos, aquí, una ciudad permanente,
sino que caminamos en busca de aquella futura". También a vosotros os ha llegado el
mensaje de salvación, al que habéis respondido con fe y esperanza”.
El
Pontífice ha señalado que el pueblo gitano ha enriqueciendo la comunidad eclesial
con creyentes laicos, sacerdotes, diáconos y religiosos de esta etnia; y ha dado a
la Iglesia el beato Zeferino Giménez Maya, del que celebramos el 150 aniversario de
su nacimiento y el 75 aniversario de su martirio.
“La amistad con
el Señor ha hecho de este Mártir un testigo auténtico de la fe y de la caridad. Con
la intensidad con la que quería a Dios y descubría su presencia en cada persona y
en cada ocasión, el beato Zeferino amaba a la Iglesia y a sus pastores. Su profunda
fe religiosa encontraba expresión en la participación diaria en la Santa Misa y el
rezo del Rosario”.
Hoy este "mártir del Rosario", cuya corona llevaba
siempre en el bolsillo, que fue causa de su arresto y que no dejó que se la quitaran
ni en el momento de morir” -ha explicado Benedicto XVI a la comunidad gitana-, os
invita a seguir su ejemplo y os muestra el camino: la oración y en particular el rosario,
el amor por la Eucaristía y los sacramentos, la observancia de los mandamientos, la
honestidad, la caridad y la generosidad hacia los demás, especialmente hacia los pobres.
“Esto os hará fuertes para hacer frente al riesgo de las sectas y otros grupos que
quieran poner en peligro vuestra comunión con la Iglesia”.
“Vuestra historia
es compleja y, en algunos períodos, dolorosa. Sois un pueblo que, en los siglos pasados,
no vivió ideologías nacionalistas, no aspiró a poseer una tierra o a dominar otras
gentes. Os habéis quedado sin patria e idealmente habéis considerado todo el continente
como vuestro hogar. Sin embargo, persisten graves y preocupantes problemas, como las
relaciones, a menudo difíciles, con las sociedades en las que vivís”.
El
Papa ha repasado la historia “desafortunada, a lo largo de los siglos” del pueblo
gitano: “el sabor amargo de la no acogida, la persecución, los miles de hombres, mujeres
y niños brutalmente asesinados en los campos de exterminio durante la 2ª Guerra Mundial.
“Durante mi visita
al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, el 28 de mayo de 2006, recé por las
víctimas de la persecución y me incliné frente a las lápidas en lengua Romaní, que
recuerdan a vuestros caídos. ¡La conciencia europea no puede olvidar tanto dolor!
¡Nunca más vuestro pueblo sea objeto de hostigamiento, de rechazo y de desprecio!
Por vuestra parte, ¡buscad siempre la justicia, la legalidad, la reconciliación y
tratad de no ser nunca causa de sufrimiento de los demás!”
Benedicto XVI
ha reconocido que hoy en día, gracias a Dios, la situación está cambiando, nuevas
oportunidades se abren para la comunidad gitana, que ha creado una cultura con la
música y el canto, que han enriquecido a Europa. Por otra parte “muchos grupos étnicos
ya no son nómadas, y buscan la estabilidad con nuevas expectativas ante la vida”.
¡Os invito, queridos
amigos, a escribir juntos una nueva página de historia para vuestro pueblo y para
Europa! La vivienda, el trabajo digno y la educación para los hijos son la base sobre
las que construir aquella integración que os beneficiará a vosotros y a toda la sociedad.
Dad también vuestra activa y sincera colaboración, para que vuestras familias se inserten
dignamente en el tejido civil europeo!
“Vuestros hijos -ha añadido el
Papa- tienen derecho a una vida mejor”. Custodiad, por tanto, la dignidad y el valor
de vuestras familias, para que sean verdaderas escuelas de humanidad. Finalmente el
Papa les ha invitado a participar activamente en la misión evangelizadora de la Iglesia,
promoviendo la actividad pastoral en sus comunidades. Y en lengua Romaní se ha despedido
de ellos.
“Muchas gracias
a todos vosotros, que habéis venido a la Sede de Pedro para mostrar vuestra fe y amor
por la Iglesia y por el Papa. Que el beato Zeferino sea para todos vosotros un ejemplo
de una vida vivida por Cristo y la Iglesia, guardando los mandamientos y amando al
prójimo. El Papa está cerca de cada uno de vosotros y os recuerda en sus oraciones”.
“Somos las flores de este mundo y somos pisoteados, maltratados y asesinados
en Hungría, en la República Checa, en toda Europa”. Ha sido la breve intervención
de Ceija Stojka, una gitana católica, superviviente de los campos de concentración
de Auschwitz-Birkenau y Bergen-Belsen, que ha ofrecido su testimonio en este encuentro
con el Santo Padre. Ceija Stojka pertenece a una numerosa familia de gitanos austriacos
de los que sólo seis sobrevivieron al extermino. Stojka fue deportada a los 9 años
de edad a Auschwitz junto a su familia y ha expresado su deseo de que los gitanos
sean tratados con más respeto y que nunca más suceda lo que ocurrió en aquel campo
de concentración.
Durante su testimonio
Ceija Stojka ha recordado con horror aquellos asesinatos y ha advertido que lo que
sucedió en Auschwitz podría ocurrir de nuevo y dirigiéndose al Santo Padre le ha dicho
que él sabía de qué estaba hablando.
Otro de los testimonios ha sido el de
Carlo Mikic, un gitano de 18 años, nacido en Roma y que siempre ha vivido en los campos
nómadas.
Carlo ha lamentado
el trato recibido por el sólo hecho de ser gitano, la distinta consideración que ha
tenido en función de su etnia y las dificultades de encontrar trabajo cuando en los
documentos de identidad se lee la proveniencia de un campo de nómadas. El joven ha
reconocido que hay gitanos que se equivocan, que se comportan mal, pero “la responsabilidad
es siempre individual –ha dicho- y la culpa no es nunca de todo un pueblo o una etnia”.
“Yo he nacido en
Roma, aunque por desgracia todavía no soy ciudadano italiano. Aquí he estudiado y
tengo tantos amigos y aquí estoy buscando trabajo, querría formar una familia y vivir
mi vida. Cuando pienso en el futuro, pienso en ciudades y países donde haya también
sitio para nosotros, siendo ciudadanos iguales a los demás, no como un pueblo al que
aislar y del que hay que tener miedo”.