En la Gruta de Lourdes de los jardines vaticanos, el Papa manifiesta su alegría y
gratitud por el inicio del mes mariano con la beatificación de Juan Pablo II, cuya
vida fue “un don de gracia para toda la Iglesia”
Martes, 31 may (RV).- En la conclusión del mes de mayo, Benedicto XVI ha unido su
voz, y la de los fieles presentes en la Gruta de Lourdes de los jardines vaticanos,
para “honrar al Señor por las maravillas que continua produciendo en la vida de la
Iglesia y de cada uno de nosotros”. También este año el Papa ha participado en la
tradicional celebración de la conclusión del mes mariano de mayo, en los jardines
vaticanos. A las ocho de esta tarde, tuvo lugar la procesión con el rezo del Santo
Rosario, desde la iglesia de San Esteban de los Abisinios hasta la Gruta de Nuestra
Señora de Lourdes, y la Liturgia de la Palabra, presidida por el cardenal Angelo Comastri,
vicario general de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano.
Al final de la
celebración el Papa manifestó de forma especial su alegría y gratitud por el inicio
de este mes mariano con la “memorable beatificación de Juan Pablo II”, cuya vida definió
como “un don de gracia para toda la Iglesia”. El Santo Padre ha deseado que “su testimonio
continúe iluminando nuestras existencias y nos impulse a ser verdaderos discípulos
del Señor, a seguirle con el valor de la fe y a amarle con el mismo entusiasmo con
el que él le ofreció su misma vida”.
En la reproducción de la Gruta de Lourdes
que se encuentra en los jardines vaticanos, el Pontífice ha meditado sobre la figura
de María “quien de verdad creyó que no hay nada imposible para Dios, y que convencida
de ello, se dejó guiar por el Espíritu Santo en la obediencia cotidiana a sus proyectos”.
De mismo modo Benedicto XVI ha expresado su esperanza en que quien se abandonó a Dios
sin reservas, nos conduzca a responder cada vez de forma más generosa e incondicional
a sus proyectos, incluso cuando estos incluyan la llamada a abrazar la cruz. En este
tiempo pascual, el Pontífice ha concluido confiando la Iglesia y el mundo a la maternal
intercesión de la Virgen.