2011-05-24 14:32:51

Tras la invitación de Benedicto XVI, hoy la Iglesia universal se une para rezar por la Iglesia en China en la fiesta litúrgica de María Auxiliadora y venerada con gran devoción en el Santuario de Sheshan


Martes, 24 may (RV).- Este 24 de mayo, fiesta litúrgica de María Auxilio de los cristianos, venerada con gran devoción en el Santuario de Sheshan, en Shanghai, la Iglesia universal se une a la oración de la Iglesia en China, en este tiempo pascual –tal como lo recordó el Papa durante la audiencia general del miércoles pasado – en que “la liturgia –decía, canta a Cristo resucitado, vencedor de la muerte y del pecado, vivo y presente en la vida de la Iglesia y en las vicisitudes del mundo”.

Siguiendo el anhelo de Benedicto XVI, la Iglesia universal se une rezando con especial cariño a la Santísima Virgen – Auxilio de los Cristianos – en este día 24 de mayo – fiesta litúrgica de María Auxiliadora y también IV Jornada de oración por la Iglesia en China. Con el corazón dirigido al santuario mariano de Sheshan en Shanghai, donde es venerada con tanta devoción, los católicos de todo el mundo evocan los incesantes llamamientos del Papa y la exhortación que escribió en su ‘Carta a los Obispos, a los presbíteros, a las personas consagradas y a los fieles laicos de la Iglesia católica en la República Popular China’.

Carta en la que el Papa Benedicto XVI desea manifestar su amor y su cercanía a los católicos que están en China. Como Sucesor de Pedro y Pastor de la Iglesia universal, alienta a celebrar esta Jornada rogando para que la unidad sea cada vez más profunda y visible. Y recuerda además el mandamiento del amor que Jesús nos dio, de amar a nuestros enemigos y rogar por los que nos persiguen, además de la invitación del apóstol san Pablo: « Te ruego, lo primero de todo, que hagáis oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que están en el mundo, para que podamos llevar una vida tranquila y apacible, con toda piedad y decoro. Eso es bueno y grato ante los ojos de nuestro Salvador, Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad » (1 Tm 2,1-4).

En esta misma Jornada – escribe el Papa - «los católicos en el mundo entero —en particular los de origen chino— han de mostrar su solidaridad y solicitud fraterna por vosotros, pidiendo al Señor de la historia el don de la perseverancia en el testimonio, seguros de que vuestros sufrimientos pasados y presentes, por el santo Nombre de Jesús y vuestra intrépida lealtad a su Vicario en la tierra, serán premiados, aunque a veces todo pueda parecer un triste fracaso».

Benedicto XVI sella su Carta - fechada el domingo de Pentecostés del año 2007 – tercero de su Pontificado, con estas palabras: «Que María Santísima, Madre de la Iglesia y Reina de China, que en la hora de la Cruz, en el silencio de la esperanza, supo esperar la mañana de la Resurrección, os acompañe con solicitud maternal e interceda por todos vosotros junto con San José y con los numerosos Santos Mártires chinos. Os tengo presentes constantemente en mis oraciones y, pensando con afecto en los ancianos, los enfermos, los niños y los jóvenes de vuestra noble Nación, os bendigo de corazón».

Más recientemente, en su intervención del pasado 18 de mayo, Benedicto XVI invitaba a los católicos chinos a intensificar la oración sobre todo a María, “Virgen poderosa”; y exhortaba a todos los católicos del mundo al rezar por la Iglesia que está en China, porque necesita la oración de la entera comunidad creyente. “Con la oración –decía el Santo Padre– “podemos obtener para la Iglesia en China que permanezca una, santa y católica, fiel y firme en la doctrina y en la disciplina eclesial”.

El Pontífice recordaba también que mientras aumenta el número de cuantos acogen a Jesús como su Señor; Cristo es rechazado, ignorado o perseguido por otros. Y decía que “la Iglesia en China, sobre todo en este momento, tiene necesidad de la oración de la Iglesia universal”. De ahí la invitación del Pastor universal de la Iglesia, en primer lugar, a todos los católicos chinos a continuar y a intensificar su propia oración, sobre todo a María. A la vez que invitaba también a todos los católicos del mundo a orar por la Iglesia que está en China.

Benedicto XVI refería asimismo que “los católicos chinos, como han dicho muchas veces, quieren la unidad con la Iglesia universal, con el Pastor supremo, con el Sucesor de Pedro”. Por esta razón no dudaba en afirmar que “con la oración podemos obtener para la Iglesia en China que permanezca una, santa y católica, fiel y firme en la doctrina y en la disciplina eclesial”; mientras destacaba que “ella merece todo nuestro afecto”.

Por otra parte, tras afirmar que “sabemos que, entre nuestros hermanos Obispos, hay algunos que sufren y están oprimidos en el ejercicio de su ministerio episcopal”; el Papa añadía: “A ellos, a los sacerdotes y a todos los católicos que encuentran dificultades en la libre profesión de la fe expresamos nuestra cercanía. Con nuestra oración podemos ayudarlos a encontrar el camino para mantener viva la fe, fuerte la esperanza, ardiente la caridad hacia todos e íntegra la eclesiología que hemos heredado del Señor y de los Apóstoles y que ha sido transmitida con fidelidad hasta nuestros días. Con la oración podemos obtener que su deseo de estar en la Iglesia una y universal supere la tentación de un camino independiente de Pedro. La oración puede obtener, para ellos y para nosotros, la alegría y la fuerza de anunciar y de testimoniar, con toda franqueza y sin impedimento, a Jesucristo crucificado y resucitado, al Hombre nuevo, vencedor del pecado y de la muerte”.

A María, el Papa también le pedía el miércoles pasado “que ilumine a los que están en la duda, que llame a los descarriados, que consuele a los afligidos, que refuerce a cuantos están engañados por las lisonjas del oportunismo”. En suma, a la Virgen María, Auxilio de los cristianos, Nuestra Señora de Sheshan, Su Santidad le pedía: “¡Ora por nosotros!”.

De hecho –como nos decía en estos días nuestro director general, el P. Federico Lombardi– en su editorial para el semanario “Octava Dies” del Centro Televisivo Vaticano, este nuevo y amplio llamamiento del Papa a los fieles para la Jornada de oración por la Iglesia en China, merece una reflexión porque es, ante todo, “un llamamiento a la oración”. Porque el Papa “cree en la fuerza de la oración”, y nos invita a estar “confiados en que, con la oración, podemos hacer algo muy real” por esa Iglesia.

“Por tanto –proseguía el P. Lombardi– el Papa habla de esta unión y de su importancia, y ésta nos invita a cultivar y manifestar, también por nuestra parte, dirigiéndonos al Señor, a través de ‘María Auxilio de los cristianos’”, tal como los chinos la veneran en el famoso Santuario de Sheshan en Shanghai”.

Precisamente porque la situación de la Iglesia en China hoy está marcada por el sufrimiento, y por presiones contrarias a la unión, “debemos rezar más intensamente”. Y es lo que proponemos a nuestra audiencia, al ofrecerles el texto de la oración escrita por el mismo Santo Padre, dedicada a Nuestra Señora de Seshan:

RealAudioMP3 Virgen Santísima, Madre del Verbo Encarnado y Madre nuestra, venerada con el título de “Auxilio de los cristianos” en el Santuario de Sheshan, a la que se dirige con devoción toda la Iglesia en China, hoy venimos ante ti para implorar tu protección.
Mira al Pueblo de Dios y guíalo con solicitud maternal por los caminos de la verdad y el amor, para que sea siempre fermento de convivencia armónica entre todos los ciudadanos.

Con el dócil “sí” pronunciado en Nazaret tú aceptaste que el Hijo eterno de Dios se encarnara en tu seno virginal iniciando así en la historia la obra de la Redención, en la que cooperaste después con solícita dedicación, dejando que la espada del dolor traspasase tu alma, hasta la hora suprema de la Cruz, cuando en el Calvario permaneciste erguida junto a tu Hijo, que moría para que el hombre viviese.

Desde entonces llegaste a ser, de manera nueva, Madre de todos los que acogen a tu Hijo Jesús en la fe y lo siguen tomando su Cruz. Madre de la esperanza, que en la oscuridad del Sábado Santo saliste al encuentro de la mañana de Pascua con confianza inquebrantable, concede a tus hijos la capacidad de discernir en cualquier situación, incluso en las más tenebrosas, los signos de la presencia amorosa de Dios.

Señora nuestra de Sheshan, alienta el compromiso de quienes en China, en medio de las fatigas cotidianas, siguen creyendo, esperando y amando, para que nunca teman hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús. En la estatua que corona el Santuario tú muestras a tu Hijo al mundo con los brazos abiertos en un gesto de amor.
Ayuda a los católicos a ser siempre testigos creíbles de este amor, manteniéndose unidos a la roca de Pedro sobre la que está edificada la Iglesia.

Madre de China y de Asia, ruega por nosotros ahora y siempre. Amén.


De hecho los fieles chinos están rezando intensamente con la oración escrita por el Papa Benedicto XVI e impresa por ellos mismos, para vivir la IV Jornada de Oración por la Iglesia en China, acogiendo las indicaciones del Santo Padre, con una intención especial por las víctimas del terremoto. Cada parroquia, especialmente las dedicadas a la Virgen, están celebrando en estos días la Novena del Rosario en preparación para la fiesta de María Auxiliadora que –como dijimos- se celebra este 24 de mayo.

Y la invitación del Santo Padre la acogieron también los cristianos chinos presentes en distintas partes del mundo. En España, ya el pasado domingo 20, un grupo de familias chinas residentes en Zaragoza, Huesca, Barcelona, Bilbao y Pamplona celebraron esta IV Jornada de Oración por la Iglesia en China, celebrada en el santuario de Torreciudad. Un sacerdote chino que atiende la comunidad católica de esta nacionalidad en Bilbao acompañaba a los peregrinos, la mayor parte de los cuales eran familias jóvenes con niños pequeños.

Por la mañana los participantes en esta jornada de oración visionaron un vídeo de un encuentro con San Josemaría subtitulado en idioma chino y fueron en procesión por la explanada con la imagen de Nuestra Señora Emperatriz de China. Tras la eucaristía oficiada en el santuario, celebrada en mandarín, rezaron el rosario en conexión por teléfono móvil con una parroquia de Taiwán y un seminario de China continental.

Y las Obras Misionales Pontificias también se unieron al Santo Padre exhortando en distintos países a unirse en esta jornada de oración por la iglesia en China.

Entre otros, las obras misionales presentes en Argentina, invitaron a todo el Pueblo de Dios presente en cada una de las capillas, parroquias, diócesis, a los grupos misioneros y movimientos juveniles, a unirse a este evento, recordando que la oración de toda la Iglesia es fundamental para que la Iglesia presente en China encuentre los caminos más adecuados para vivir su fe en Jesús y para acompañar a todos los cristianos que viven y entregan su vida diariamente como testigos de Jesús muerto y resucitado para salvación de todos los hombres en esas tierras. De modo especial invitan a unirse a esta Jornada de Oración, a quienes forman parte de la Unión de Enfermos y Ancianos Misioneros, quienes a diario ofrecen su oración y sacrificios por toda la Iglesia.


CM/MFB







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