Se presentó la Instrucción Universae Ecclesiae de la Pontificia Comisión Ecclesia
Dei
Viernes, 13 may (RV)-. Se presentó esta mañana, en la Oficina de Prensa de la Santa
Sede, la Instrucción Universae Ecclesiae de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, sobre
la aplicación de la Carta Apostólica con forma de Motu Proprio “Summorum Pontificum”
de Su Santidad Benedicto XVI, publicada el 7 de julio de 2007, que ha hecho más accesible
a la Iglesia universal la riqueza de la Liturgia Romana.
Como explica en una
nota el P. Federico Lombardi –Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y
de nuestra emisora– esta Instrucción es el resultado de la verificación trienal de
la aplicación de la ley, que estaba prevista desde el principio. El documento presenta
un lenguaje sencillo y de fácil lectura. Su Introducción recuerda brevemente la historia
del Misal Romano hasta la última edición de Juan XXIII, en 1962, y del nuevo Misal
aprobado por el Papa Pablo VI en 1970, tras la reforma litúrgica del Concilio Vaticano
II y reafirma el principio fundamental de que se trata de “dos formas de la Liturgia
Romana, definidas respectivamente ordinaria y extraordinaria: son dos usos del único
Rito romano, que se colocan uno al lado del otro”.
Entre otras cosas, la Instrucción
hace hincapié en que cada sacerdote, secular o religioso, tiene licencia para celebrar
la Misa “sin pueblo” en la forma extraordinaria si lo desea. Por eso, si no se trata
de celebraciones con pueblo, los religiosos no tienen necesidad del permiso de sus
superiores. Siguen –por lo que respecta a la forma extraordinaria– normas relativas
a las reglas litúrgicas y al uso de libros litúrgicos (como el Ritual, el Pontifical,
el Ceremonial de los obispos), a la posibilidad de utilizar la lengua vernácula para
las lecturas (además de la lengua latina, o como alternativa en las “Misas leídas”),
a la posibilidad para el clero de usar el Breviario anterior a la reforma litúrgica,
a la posibilidad de celebrar el Triduo Sacro en Semana Santa para los grupos de fieles
que piden el rito antiguo.
“Se trata de un texto muy equilibrado, que trata
de promover –según la intención del Papa– el uso de la liturgia anterior a la reforma
por parte de sacerdotes y fieles que sientan este deseo sincero para su bien espiritual;
más aún, trata de garantizar la legitimidad y la eficacia de dicho uso en la medida
de lo razonablemente posible. Al mismo tiempo –escribe el P. Lombardi– el texto está
animado por la confianza en la sabiduría pastoral de los obispos, e insiste con mucha
fuerza en el espíritu de comunión eclesial, que debe estar presente en todos –fieles,
sacerdotes y obispos– para que el objetivo de reconciliación, tan presente en la decisión
del Santo Padre, no sea obstaculizado o frustrado, sino favorecido y alcanzado”.