2011-05-13 14:20:52

Se presentó la Instrucción Universae Ecclesiae de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei


Viernes, 13 may (RV)-. Se presentó esta mañana, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, la Instrucción Universae Ecclesiae de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, sobre la aplicación de la Carta Apostólica con forma de Motu Proprio “Summorum Pontificum” de Su Santidad Benedicto XVI, publicada el 7 de julio de 2007, que ha hecho más accesible a la Iglesia universal la riqueza de la Liturgia Romana.

Como explica en una nota el P. Federico Lombardi –Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de nuestra emisora– esta Instrucción es el resultado de la verificación trienal de la aplicación de la ley, que estaba prevista desde el principio. El documento presenta un lenguaje sencillo y de fácil lectura. Su Introducción recuerda brevemente la historia del Misal Romano hasta la última edición de Juan XXIII, en 1962, y del nuevo Misal aprobado por el Papa Pablo VI en 1970, tras la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II y reafirma el principio fundamental de que se trata de “dos formas de la Liturgia Romana, definidas respectivamente ordinaria y extraordinaria: son dos usos del único Rito romano, que se colocan uno al lado del otro”.

Entre otras cosas, la Instrucción hace hincapié en que cada sacerdote, secular o religioso, tiene licencia para celebrar la Misa “sin pueblo” en la forma extraordinaria si lo desea. Por eso, si no se trata de celebraciones con pueblo, los religiosos no tienen necesidad del permiso de sus superiores. Siguen –por lo que respecta a la forma extraordinaria– normas relativas a las reglas litúrgicas y al uso de libros litúrgicos (como el Ritual, el Pontifical, el Ceremonial de los obispos), a la posibilidad de utilizar la lengua vernácula para las lecturas (además de la lengua latina, o como alternativa en las “Misas leídas”), a la posibilidad para el clero de usar el Breviario anterior a la reforma litúrgica, a la posibilidad de celebrar el Triduo Sacro en Semana Santa para los grupos de fieles que piden el rito antiguo.

“Se trata de un texto muy equilibrado, que trata de promover –según la intención del Papa– el uso de la liturgia anterior a la reforma por parte de sacerdotes y fieles que sientan este deseo sincero para su bien espiritual; más aún, trata de garantizar la legitimidad y la eficacia de dicho uso en la medida de lo razonablemente posible. Al mismo tiempo –escribe el P. Lombardi– el texto está animado por la confianza en la sabiduría pastoral de los obispos, e insiste con mucha fuerza en el espíritu de comunión eclesial, que debe estar presente en todos –fieles, sacerdotes y obispos– para que el objetivo de reconciliación, tan presente en la decisión del Santo Padre, no sea obstaculizado o frustrado, sino favorecido y alcanzado”.








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