Mensaje del Papa a la Pontificia Comisión Bíblica con ocasión de la Asamblea Plenaria,
en la que han afrontado el tema: "Inspiración y verdad de la Biblia"
Jueves, 5 may (RV).- Hoy se hizo público un mensaje del Papa dirigido al cardenal
William J. Levada, presidente de la Pontificia Comisión Bíblica, y a sus miembros,
con ocasión de la Asamblea Plenaria, en la que han afrontado el tema: "Inspiración
y verdad de la Biblia".
El Santo Padre subraya que "este tema es uno de los
puntos principales de la exhortación apostólica post-sinodal "Verbum Domini", que
lo trata en la parte inicial". Y añade que "una interpretación de los escritos sagrados
que ignora u olvida su inspiración no tiene en cuenta su característica más importante
y valiosa; su proveniencia de Dios".
Benedicto XVI recuerda que en la misma
exhortación apostólica "los Padres sinodales destacaron la relación entre el tema
de la inspiración y el de la verdad de las Escrituras. Por eso –afirma– “la profundización
en el proceso de la inspiración llevará también, sin duda, a una mayor comprensión
de la verdad contenida en los libros sagrados". Porque como escribe el Papa, "mediante
su Palabra, Dios quiere comunicarnos toda la verdad sobre sí mismo y sobre su plan
de salvación para la humanidad”. El compromiso de descubrir cada vez más la verdad
de los libros sagrados equivale por tanto a tratar de conocer cada vez a Dios y el
misterio de su voluntad salvífica".
El Pontífice hace hincapié en que "es esencial
y vital para la vida y la misión de la Iglesia que los textos sagrados se interpreten
de acuerdo con su naturaleza: la inspiración y la verdad son los aspectos constitutivos
de esta naturaleza". En este contexto, asegura que los esfuerzos de los miembros de
la Comisión en este campo "tendrán una verdadera utilidad para la vida y la misión
de la Iglesia".
"En una buena hermenéutica -concluye el Papa en su mensaje-
no se puede aplicar mecánicamente el criterio de la inspiración, así como el de la
verdad absoluta, extrapolando una frase o una expresión. El plano en el que es posible
percibir las Sagradas Escrituras como Palabra de Dios es el de la unidad de la historia
de Dios, en una totalidad en la que los elementos se iluminan recíprocamente y se
abren a la comprensión".