El Papa agradece “la exquisita cortesía” del presidente de Italia, quien, también
este año, ha querido ofrecerle un concierto por el aniversario del inicio de su pontificado
Jueves, 5 may (RV).- A las cinco y media de la tarde, en la pequeña sala del Aula
Pablo VI, el Papa recibió al honorable Giorgio Napolitano, Presidente de la Republica
Italiana. Mientras media hora más tarde, en el Aula Pablo VI, el Santo Padre asistió
al concierto ofrecido en su honor por el presidente italiano, con motivo del inicio
de su sexto año de pontificado. En esta ocasión, la Orquesta y el Coro del Teatro
de la Opera de Roma –dirigidos respectivamente por los Maestros Jesús López Cobos
y Roberto Gabbiani, ejecutaron el Credo RV 591 de Antonio Vivaldi y el Stabat Mater
de Gioachino Rossini.
Una vez concluido el concierto, el Papa dirigió una alocución
a los presentes en la que puso de manifiesto “la exquisita cortesía” del presidente
de Italia, quien, también este año, ha querido hacerles vivir “un momento de elevación
musical” por el aniversario del inicio de su pontificado. Benedicto XVI, al expresar
su agradecimiento por este “apreciado homenaje”, destacó las cordiales palabras dirigidas
previamente por el honorable Napolitano, con las que también destacó la cercanía del
querido pueblo italiano al Obispo de Roma y recordó el inolvidable momento de la beatificación
de Juan Pablo II.
Tras saludar también a las demás autoridades del Estado italiano,
a los Embajadores y personalidades del Ayuntamiento de Roma, así como a todos los
presentes, el Papa agradeció de modo particular al Director; a los solistas; a la
Orquesta y al Coro del Teatro de la Opera de Roma “la espléndida ejecución de las
dos obras de arte” de Antonio Vivaldi y Gioacchino Rossini, a los que definió “dos
sumos músicos de los que Italia -que celebra 150 años de su unificación política-
debe sentirse orgullosa”.
Al destacar que “Creo” y “Amén” son las dos palabras
con las que inicia y se concluye el “Credo”, la “Profesión de fe de la Iglesia” que
acababan de escuchar, el Obispo de Roma se preguntó “qué quiere decir creo?”.
“Es
una palabra –dijo el Papa– que tiene varios significados: indica acoger algo entre
las propias convicciones, dar la confianza a alguien, estar seguros. Pero cuando la
decimos en el “Credo”, asume un significado más profundo: es afirmar con confianza
el sentido verdadero de la realidad que nos sostiene, que sostiene el mundo; significa
acoger este sentido como el sólido terreno sobre el que podemos estar sin temor; es
saber que el fundamento de todo, de nosotros mismos, no puede ser hecho por nosotros,
sino que sólo puede ser recibido. Y la fe cristiana no dice “Yo creo en algo”, sino
“Yo creo en Alguien”, en Dios que se ha revelado en Jesús, en Él percibo el verdadero
sentido del mundo; y este creer implica a toda la persona, que está en camino hacia
Él.
De la palabra “Amén”, que tal como explicó el Papa en hebreo tiene la
misma raíz de la palabra “fe”, se retoma el mismo concepto: el confiado apoyarse sobre
la base sólida, Dios”. Y tras aludir específicamente a las interpretaciones de Vivaldi
y Rossini, el Papa se dirigió a estos “queridos amigos” para manifestar su esperanza
de que la música escuchada esta tarde haya alimentado la fe, mientras renovó su gratitud
a los músicos y pidió un recuerdo en la oración por su “ministerio en la viña del
Señor”, a la vez que formuló votos para que Él siga bendiciendo a todos los presentes
y a sus seres queridos.