2011-05-05 20:07:48

Al agradecer la visita anual de la “Fundación Papal”, Benedicto XVI recuerda que nació con el anhelo de demostrar la solidaridad concreta al Sucesor de Pedro en su solicitud por la Iglesia universal


Jueves, 5 may (RV).- Al recibir a mediodía en audiencia a los miembros de la Fundación Papal -es decir la organización que en todo el mundo garantiza su ayuda a los más necesitados, sosteniendo iniciativas como refugios para los sin techo; asistencia médica; reconstrucción de Iglesias; implementación de seminarios, y servicio a los inmigrantes- el Papa manifestó su complacencia al darles su bienvenida, con ocasión de su visita anual a Roma.

A todos ellos Su Santidad les recordó que durante el período Pascual -marcados por la alegría espiritual y la gratitud por el don de nuestra vida nueva en Cristo- reza para que su peregrinación a las tumbas de los Apóstoles y mártires les renueve su amor por el Señor y su Iglesia. Y aprovechó la oportunidad de este encuentro para renovar su agradecimiento por la importante contribución que esta Fundación realiza en favor de la misión de la Iglesia y por la promoción de las organizaciones de caridad que están tan cerca del corazón del Papa.

Benedicto XVI también les agradeció su participación en proyectos orientados al desarrollo humano integral; al fomento de las actividades apostólicas de las diócesis y congregaciones religiosas en todo el mundo; así como su preocupación por la educación de los futuros líderes de la Iglesia, y su apoyo a las actividades de la Santa Sede. De ahí que el Santo Padre no dejara de recordarles que esta Fundación nació como una forma para demostrar la solidaridad de modo concreto con el Papa, en su solicitud por la Iglesia universal:

“La Fundación Papal nació con el anhelo de demostrar una solidaridad concreta al Sucesor de Pedro en su solicitud por la Iglesia universal. Os deseo que veáis, en vuestra adhesión a los ideales de vuestra Fundación, una expresión privilegiada de vuestro compromiso cristiano en la Iglesia y ante el mundo. De esta manera, podréis testimoniar que la Iglesia es misionera en su esencia; por lo que ‘nos corresponde a nosotros la responsabilidad de transmitir lo que, a su vez, hemos recibido por gracia’ (Verbum Domini, 91)”.

Con estos sentimientos, y con afecto en el Señor, Benedicto XVI encomendó a los miembros de la Fundación Papal y a sus familias a la intercesión amorosa de María, Madre de la Iglesia, a la vez que les impartió su bendición apostólica “como prenda de la alegría de la Pascua y de la paz”.







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