Los restos mortales del cardenal Agustín García-Gasco, fallecido el domingo en Roma,
llegaron a Valencia
Martes, 3 may (RV).- Los restos mortales del cardenal Agustín García-Gasco, arzobispo
emérito de Valencia llegaron la pasada noche al aeropuerto de Manises (Valencia) desde
Roma, donde falleció el domingo, a los 80 años de edad cuando se disponía a participar
en la beatificación del Papa Juan Pablo II. En el aeropuerto, el féretro fue recibido
por el arzobispo de Valencia, Mons. Carlos Osoro, su obispo auxiliar, Mons. Enrique
Benavent, sacerdotes y autoridades civiles.
La capilla ardiente con los restos
mortales del cardenal difunto, ha quedado abierta a partir de esta mañana en el Salón
del Trono del Palacio Arzobispal de Valencia. Desde las 11 hasta las 8 de la noche;
y el miércoles, desde las 10 de la mañana hasta las cuatrote la tarde, según ha dispuesto
en un decreto el arzobispo de Valencia, Mons. Osoro.
El arzobispo residencial
también presidirá la solemne misa exequial de “córpore in sepulto” en la Catedral
de Valencia, mañana a las 5 de la tarde. Concluida la celebración litúrgica, recibirán
luego sepultura los restos mortales del purpurado en la capilla de San José, según
era su voluntad.
En el mismo decreto, el Arzobispo valentino ha declarado luto
oficial en la archidiócesis desde ayer lunes y hasta mañana 4 de mayo y ha dispuesto
que en todas las parroquias e iglesias abiertas al culto se eleven en este tiempo
preces por el eterno descanso del cardenal García-Gasco. También establece que durante
este mes de mayo se celebre una misa en cada iglesia y parroquia “para implorar la
misericordia de Dios por el querido Cardenal, procurando invitar al pueblo fiel”.
Sobre el cardenal García-Gasco, Mons. Osoro expresa que “el Señor le ha llamado
para coronar toda la fecundidad de su vida entregada al servicio del Evangelio durante
diecisiete años” en la Iglesia en Valencia y destaca la entrega de su ministerio episcopal.
“Un amor y una fidelidad a la Iglesia mostrada y demostrada durante su vida”. El arzobispo
de Valencia, señala que “con el cardenal de Valencia ha muerto un amigo”.
Igualmente,
el prelado ha agradecido “todas las muestras de condolencias recibidas” por parte
de los Reyes de España y las diferentes instituciones españolas y valencianas. En
el decreto, aludido antes, Mons. Carlo Osoro agradece a nuestro Señor “todo lo que
a través de su ministerio episcopal nos entregó” el cardenal.
Ayer por la tarde,
en el Pontificio Colegio Español San José de Roma se celebró una misa de cuerpo presente
por el alma del cardenal García Gasco que presidió el prefecto de la Congregación
para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, cardenal Antonio Cañizares
Llovera. Concelebraron el arzobispo Santos Abril, vice-camarlengo de la Santa Iglesia
Romana, el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña y otros obispos y presbíteros.
También
participaron en las exequias los cardenales Ennio Antonelli, presidente del Pontificio
Consejo de la Familia; José Manuel Estepa Llaurens, y algunos arzobispos metropolitanos
y obispos. Asistieron a esta primera misa exequial los embajadores de España ante
la Santa Sede y el Quirinal y el Cónsul General, así como el vicepresidente del gobierno
valenciano, religiosos, religiosas y fieles.
Por su parte, el arzobispo
de Valencia, tras concluir la misa de beatificaron, se trasladó a la casa-residencia
San Juan de Ribera de Roma regida por las Obreras de la Cruz, donde se hospedaba el
cardenal García Gasco. Allí manifestó a los medios de comunicación que “en un día
de una alegría inmensa por la beatificación de Juan Pablo II, sentía también la tristeza
porque nos había dejado don Agustín.
Dios tiene para cada uno los días señalados
y parece como un regalo para don Agustín -afirmó el señor arzobispo- que le Dios le
haya llamado aquí en Roma, junto al Sucesor de Pedro, el mismo día que Juan Pablo
II era proclamado beato”. El arzobispo de Valencia subrayó además lo siguiente sobre
la persona del cardenal García Gasco: “Ha sido como un reconocimiento a su fe y a
la adhesión a la Iglesia, que manifestó durante toda su vida”.