Ángelus: apremiante llamamiento del Papa sobre los eventos y hostilidades que están
marcando la región norte del Continente Africano
Domingo, 20 marz (RV).- Este mediodía y tras la conclusión del encuentro semanal para
el rezo mariano del Angelus Domini en la plaza de san Pedro, Benedicto XVI lanzó un
apremiante llamamiento sobre los eventos y hostilidades que estos días están marcando
la región norte del Continente Africano:
En días pasados las preocupantes
noticias que llegaban de Libia suscitaron también mi viva preocupación y temores.
Oré de modo particular al Señor durante la semana de los Ejercicios Espirituales.
Ahora, sigo los últimos eventos con gran aprehensión, rezo por aquellos que están
implicados en la dramática situación de aquel País y dirijo un fuerte llamamiento
a cuantos tienen responsabilidades políticas y militares, para que tengan presente,
antes que nada, la integridad física y la seguridad de los ciudadanos y para que garanticen
el acceso de las ayudas humanitarias. A la población quiero asegurar mi conmovida
cercanía, mientras pido a Dios que un horizonte de paz y de concordia surja prontamente
en Libia y sobre la entera región del norte de África
Benedicto
XVI abrió su alocución previa al rezo mariano del Ángelus agradeciendo al Señor por
haberle donado vivir en días pasados los Ejercicios Espirituales, a la vez que agradeció
a cuantos le han estado cercano con la oración. Recordando la liturgia de este Segundo
Domingo de Cuaresma llamado ‘Domingo de la Transfiguración’, recordó que Cristo, después
de haber preanunciado a los discípulos su pasión, “tomó consigo a Pedro, a Santiago
y a su hermano Juan, y los condujo a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos:
su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como
la luz” (Mt 17,1-2).
Según los sentidos, la luz del sol es la más intensa
que se conoce en la naturaleza, pero, según el Espíritu, los discípulos vieron, por
un breve tiempo, un esplendor todavía más intenso, aquel de la gloria divina de Jesús,
que ilumina toda la historia de la salvación. San Máximo el Confesor, afirma que las
túnicas que se emblanquecieron llevaban el símbolo de las palabras de la Sagrada Escritura
que se hicieron claras, transparentes y luminosas
Aludiendo
al pasaje Evangélico de Mateo, Benedicto XVI explicó que tal como dice el Evangelio,
junto a Jesús transfigurado “aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él” (Mt
17,3). Moisés y Elías son la figura de la Ley y de los Profetas. Fue entonces que
Pedro, extasiado exclamó “Señor, qué bien estamos aquí. Si quieres, haré aquí tres
tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías” (Mt 17,4). Recordó que san
Agustín comenta diciendo que nosotros tenemos una sola morada que es Cristo que es
la Palabra de Dios, Palabra de Dios en la Ley, Palabra de Dios en los Profetas.
La
Transfiguración, dijo el Papa, no es un cambio de Jesús, sino la revelación de su
divinidad, la íntima compenetración de su ser con Dios, que se transforma en luz pura.
En su ser uno con el Padre -añadió-, Jesús mismo es Luz de Luz. Pedro, Santiago y
Juan, contemplando la divinidad del Señor, son preparados para afrontar el escándalo
de la cruz, como canta un himno antiguo. “Sobre el monte te has transfigurado y tus
discípulos, por cuanto eran capaces, contemplaron tu gloria, para que viéndote crucificado,
comprendieran que tu pasión era voluntaria y para que anunciaran al mundo que verdaderamente
tú eres el esplendor del Padre”.
Benedicto XVI invitó a los fieles a participar
de este don sobrenatural:
Queridos amigos, participamos también nosotros
de esta visión y de este don sobrenatural, dando espacio a la oración y a la escucha
de la Palabra de Dios. Además, especialmente en este tiempo de Cuaresma, exhorto,
como escribe el Siervo de Dios Pablo VI, “a responder al precepto divino de la penitencia
con algún acto voluntario, fuera de las renuncias impuestas por el peso de la vida
cotidiana
Tras
invocar a la Virgen María para que nos ayude a escuchar y seguir siempre al Señor
Jesús, hasta la pasión y la cruz, para participar también nosotros en su gloria, el
Benedicto XVI saludó en diversos idiomas, estos fueron los saludos en español:
Saludo
con afecto a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana.
En este segundo domingo de Cuaresma, la liturgia nos invita a reflexionar sobre el
acontecimiento extraordinario de la Transfiguración. Jesús manifiesta el esplendor
de su gloria, para testimoniar que la pasión es el camino de la resurrección. Os aliento,
en este tiempo, a escuchar al Hijo predilecto del Padre, a alimentar vuestro espíritu
con su Palabra y, así renovar con gozo en la noche de Pascua los compromisos bautismales.
Feliz domingo