Jueves, 17 mar (RV).- "Ante el horror del drama nuclear que afronta el archipiélago
nipón, tras el seísmo y el maremoto, todas las misas celebradas en Lourdes desde el
16 al 20 de marzo se dedicarán a las intenciones de los habitantes de Japón". En Francia,
los santuarios de Lourdes han organizado esta iniciativa para "ofrecer apoyo moral
y espiritual al pueblo japonés".
Por su parte los obispos suizos han ofrecido
sus oraciones y solidaridad al pueblo japonés, tras la solicitud de los prelados nipones
reunidos en asamblea el miércoles en Sendai, la localidad más castigada por el terremoto,
el maremoto y la amenaza nuclear.
El mismo obispo de Sendai, Mons. Martin Tetsuo
Hiraga agradeció el apoyo recibido desde el mismo Japón y de todo el mundo, tras la
reunión de los obispos nipones ayer por la tarde. El propósito del encuentro era el
de planear programas de ayuda a las víctimas del terremoto, que será coordinada por
el personal de Cáritas local, donde la organización cuenta con el apoyo de muchos
voluntarios.
También en Italia se ha rezado hoy por Japón durante la misa de
celebración de los 150 años de la unidad de Italia, a la que han asistido los máximos
representantes del Estado, los líderes de las asociaciones y movimientos católicos.
Y esta tarde, a las 8 y media en la Basílica de Santa María en Trastevere,
la Comunidad de San Egidio organiza una asamblea de oración por las víctimas del seísmo,
en la que está prevista la participación del embajador de Japón ante la Santa Sede
y de los miembros de la comunidad japonesa en Roma. La Comunidad de San Egidio, que
quiere expresar de esta forma su solidaridad al pueblo japonés, mantiene estrechas
relaciones con los representantes de las religiones niponas desde el encuentro interreligioso
de Asís organizado por Juan Pablo II en 1986.
Y el próximo domingo, 20 de marzo,
el cardenal Dionigi Tettamanzi presidirá una misa en la catedral de Milán en sufragio
de las víctimas del terremoto en Japón. El purpurado invita a los fieles toda la archidiócesis
a unirse a la comunidad católica japonesa y a todos los nipones que viven en Italia
para rezar por las víctimas, sus familias y por quienes en esta tragedia se está prodigando
para socorrer a los necesitados.