Editorial ‘Octava dies’: “El musulmán y el cristiano”
Sábado, 5 mar (RV).- El musulmán y el cristiano este es el título del editorial del
Padre Federico Lombardi para el semanario Octava Dies del centro televisivo vaticano.
Ambos fueron asesinados
por el mismo motivo: porque se oponían a la ley sobre la blasfemia, una ley que es
ella misma una blasfemia, porque en el nombre de Dios es causa de injusticia y de
muerte. Pero uno era musulmán, Salman Tasser, gobernador de Punjab; y el otro era
cristiano, Shahbaz Bhatti, ministro para las minorías del gobierno pakistaní. Ambos
sabían bien que arriesgaban la vida, porque habían sido explícitamente amenazados
de muerte. Y, sin embargo, no renunciaron a su lucha por la libertad religiosa, contra
el fanatismo violento, y pagaron el precio más alto con su propia sangre. En
el discurso al Cuerpo diplomático sobre la libertad religiosa, en enero, el Papa había
hecho un homenaje al sacrificio valiente del musulmán Tasser. Y hace pocas
semanas Bhatti había dicho: “Oren por mí. Soy un hombre que ha quemado sus naves en
sus espaldas: no puedo y no quiero dar un paso atrás en este compromiso. Lucharé contra
el extremismo y pelearé por la defensa de los cristianos hasta la muerte”. Ahora su
figura ya descuella como la un valeroso testigo de la fe y la justicia. Mientras
estos dos asesinatos nos llenad de horror y de angustia por la suerte de los cristianos
en Pakistán, al mismo tiempo, paradójicamente, nos inspiran un impulso de esperanza,
porque asocian a un musulmá y a un cristiano en la sangre derramada por la misma causa.
No hay sólo un diálogo de conocimiento recíproco o de diálogo en los comunes compromisos
por el bien de las personas. Del diálogo en la vida se pasa al diálogo del testimonio
en la muerte, al precio de la propia sangre, para que el nombre de Dios no sea convertido
en un instrumento de injusticia. En la memoria de Tasser y de Bhatti, en
la conmovida gratitud por como han vivido y como murieron, los verdaderos adoradores
de Dios continuarán la lucha - y de ser necesario, morir – por la libertad religiosa,
la justicia y la paz. ¿Qué más fuerte estímulo para caminar hacia Asís?