El asesinato del ministro paquistaní de Minorías, un nuevo acto de violencia de terrible
gravedad
Miércoles, 2 mar (RV).- El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre
Federico Lombardi, ha declarado que «el asesinato del ministro paquistaní de Minorías,
Shahbaz Bhatti, es un nuevo acto de violencia de terrible gravedad. Demuestra cuán
justas son las reiteradas intervenciones del Papa sobre la violencia contra los cristianos
y contra la libertad religiosa en general. Bhatti era el primer católico en desempeñar
este cargo. Recordamos que había sido recibido por el Santo Padre el pasado mes de
septiembre y había dado testimonio de su compromiso en favor de la pacífica convivencia
entre las comunidades religiosas de su país».
«A la oración por la víctima,
a la condena por el incalificable acto de violencia, a la cercanía a los cristianos
paquistaníes tan golpeados por el odio, se une el llamamiento para que todos se den
cuenta de la urgencia dramática de la defensa de la libertad religiosa y de los cristianos
objeto de violencia y persecución».
Shahbaz Bhatti, - que promovía el diálogo
entre las etnias y las religiones e impulsaba la revisión de las leyes antiblasfemia
- había explicado en varias oportunidades, que la mayoría musulmana es víctima del
abuso de esta misma ley. Recientemente, no sólo defendió a la cristiana paquistaní
condenada a muerte, Asia Bibi, sino que recibió a su esposo y sus hijas en Islamabad
para garantizarles su apoyo.
El atentado en el que murió el ministro paquistaní
de Minorías, fue perpetrado por hombres armados que le dispararon numerosos balazos
y se produce casi dos meses después de que el gobernador de la provincia oriental
de Punyab, el liberal Salman Tasir, fuera asesinado también en Islamabad.
Mons.
Lawrence Saldanha, Arzobispo de Lahore y Presidente de la Conferencia Episcopal de
Pakistán, junto con los obispos paquistaníes se suma a la condena del asesinato del
Ministro católico para las Minorías religiosas, Shahbaz Bhatti. Con su profunda tristeza
deploran «este acto contra la vida», que «es un perfecto y trágico ejemplo del clima
insostenible de intolerancia», que se vive en Pakistán. Asimismo piden «al gobierno,
a las instituciones, a todo el país, que reconozcan y afronten con decisión este problema,
para que se ponga fin a este estado de cosas y no triunfe la violencia».
En
un comunicado oficial, el primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, condenó
el asesinato y lamentó que tenga lugar «cuando toda la nación estaba intentando construir
puentes entre los creyentes de diferentes religiones».