2011-02-22 18:52:33

Roma: “La formación espiritual personal en los seminarios”


Martes, 22 feb (RV).- ¿Cómo obtener resultados positivos en la formación espiritual de los seminaristas? ¿Cómo hacer para que los candidatos al sacerdocio tengan mayor claridad vocacional? ¿Son el subjetivismo y la secularización un reto para las nuevas generaciones de sacerdotes? Estas y otras preguntas fueron discutidas en el curso de la semana de estudio “La formación espiritual personal en los seminarios” que acaba de realizarse en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma.

El evento contó con la presencia del cardenal Zenón Grocholewski, prefecto de la Congregación para la educación católica de la Santa Sede. Mons. Cavina, en su ponencia dijo que “mientras antes muchos sacerdotes crecían en familias numerosas, en un ambiente católico y descubrían su vocación a una temprana edad, ahora pertenecen a familias pequeñas, muchas veces de padres divorciados, donde no necesariamente han recibido una formación católica y donde su opción la han hecho en una edad ya madura.

Enrique da Lama, de la facultad de teología de la universidad de Navarra, se refirió al tema del acompañamiento espiritual, a la necesidad de la amistad, de la conciencia como ese sagrario interior de la mente y el espíritu. Para Paul O’ Callaghan, profesor de la Universidad de la Santa Cruz, “la vida espiritual del sacerdote se forja especialmente en el seminario”.

Los conferenciantes insistieron en la necesidad de acudir a documentos como la Pastores dabo vobis de Juan Pablo II y la Carta a los seminaristas de Benedicto XVI. Los participantes tuvieron la oportunidad de dialogar sobre el tema la relación con los superiores o formadores a quienes decidieron llamar educadores, aclarando que quien forma es el Espíritu Santo. Dijeron que el principal enemigo de la vocación al sacerdocio, más que los puntos de desacuerdo con las autoridades, es la doble vida o la hipocresía.

En el curso también se trató el tema la fragilidad afectiva y psíquica con las intervenciones de Mons. José María Yanguas, obispo de Cuenca y el psiquiatra Franco Poterzio. Ambos se refirieron al desafío de la inmadurez de los adolescentes y jóvenes (narcisistas, débiles, tristes e inestables) la cual se prolonga en adultos inconstantes y dependientes. Temas que frecuentemente deben afrontarse también en los seminarios. La manera de romper este círculo es procurar en los candidatos al sacerdocio “la armonía interior y exterior del hombre que ha integrado razón, voluntad, sentimientos y apetitos” sin descuidar la corrección, cuando sea necesaria.







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