Viernes, 18 feb (RV).- Ayer tuvo lugar en la Oficina de Prensa de la Santa Sede la
presentación del balance del Año Paulino, que se celebró del 28 junio de 2008 al 29
junio de 2009. Durante el acto se presentó el volumen “El Año Paulino”, de Graziano
Motta, uno de los corresponsales y colaboradores de nuestra emisora.
Intervinieron
en la conferencia los cardenales Francesco Monterisi y Andrea Cordero Lanza di Montezemolo,
respectivamente arcipreste y arcipreste emérito de la basílica papal de San Pablo
Extramuros; el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la
Promoción de la Nueva Evangelización y Gianfranco Marcelli, subdirector y redactor
jefe en Roma del diario “Avvenire”.
El cardenal Cordero Lanza di Montezemolo
afirmó que el Año Paulino “ha sido un año de gracia, durante el cual se superaron
todas las previsiones. Hubo muchas iniciativas como la restauración de parte del templo,
nuevas áreas de servicio para facilitar las peregrinaciones y una zona para la administración
del sacramento de la Penitencia, entre otras. Por otra parte, los peregrinos y visitantes
pudieron ver por primera vez el sarcófago del Apóstol Pablo”.
Por su parte,
el cardenal Monterisi destacó el “influjo espiritual” del Año Paulino no solo en la
Iglesia, sino también en las distintas confesiones cristianas. En la clausura del
jubileo, el Santo Padre manifestó el deseo de que “los frutos de este tiempo tendrán
que seguir desarrollándose, sobre todo en la Basílica de San Pablo Extramuros”.
Gianfranco
Marcelli resaltó que los observadores “concordaban en la constatación de que durante
el Año Paulino hubo una concentración, como quizá nunca antes, de momentos extraordinarios
desde el punto de vista ecuménico, en particular de tantas citas con y en el mundo
ortodoxo”, y en este ámbito se refirió a “las tres visitas a Roma, en ese arco de
tiempo, del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I”.