El Papa evidencia la urgencia del anuncio de la Palabra de Dios entre las familias,
tan a menudo rotas, entre los jóvenes y en ambientes intelectuales
Jueves, 3 feb (RV).- Recibiendo cordialmente a los miembros de la Comunidad del Emanuel,
Benedicto XVI los ha alentado a perseverar en el encuentro personal con el ‘Dios
con nosotros’ y a anunciar y brindar la luz de Cristo al mundo, recordando que el
camino eucarístico es misionero:
«Un camino auténticamente
eucarístico es un camino misionero. En un mundo a menudo desorientado y que busca
nueva razones de vida, la luz de Cristo debe ser llevada a todos ¡Sed en medio de
los hombres y mujeres de hoy ardientes misioneros del Evangelio, sostenidos por un
camino radicalmente embebido de Cristo! ¡Tened sed de anunciar la Palabra de Dios!» El
Papa ha señalado cuáles son los ámbitos pastorales más urgentes: «En la actualidad,
la urgencia de este anuncio se percibe en particular en las familias, tan a menudo
rotas, en los jóvenes y en los ambientes intelectuales ¡Contribuid a renovar desde
el interior el dinamismo apostólico de las parroquias, desarrollando sus orientaciones
espirituales y misioneras! Yo os aliento asimismo a una atención especial a aquellas
personas que vuelven a la Iglesia y que no han recibido una catequesis profunda. Ayudadlas
a arraigar su fe en una vida auténticamente teologal, sacramental y eclesial».
Acogiendo
con alegría a los miembros de la Comunidad del Emanuel, que se apresta a conmemorar
el 20 aniversario del fallecimiento de su fundador, Pierre Goursat, cuya causa de
beatificación se introdujo el año pasado, el Papa ha deseado que su vida de fe y su
compromiso misionero impulsen a todos los que pertenecen a esta institución a sentirse
llamados constantemente al camino de la santidad.
En especial, el Santo Padre
ha expresado su aprecio por el servicio denominado FIDESCO, que desarrolla esta Comunidad
en los países más desfavorecidos. Apostolado que cumple desde hace 30 años, en los
cuarenta que tiene la misma Comunidad del Emanuel y los 20 del reconocimiento por
parte del Pontificio Consejo para los Laicos.