Audiencia general: Benedicto XVI señala que las “virtudes evangélicas”, como el desapego
de los bienes materiales y el amor recíproco, son el fundamento de la vida social
y humana y “base de toda vida cristiana”
Miércoles, 2 feb (RV).- Benedicto XVI durante la Audiencia General ha iniciado hoy
un nuevo ciclo de catequesis dedicado a los doctores de la Iglesia, hablando de la
mística española Santa Teresa de Jesús: “una santa -ha dicho el Papa- que representa
una de las cumbres de la espiritualidad cristiana de todos los tiempos”.
Nacida
en el seno de una familia numerosa y muy virtuosa, ya desde pequeña sintió el deseo
del martirio porque quería ver a Dios cuanto antes. Algunos años después Teresa hablará
de sus lecturas de la infancia y afirmará haber descubierto la verdad leyendo las
vidas de los santos y de los mártires. Una verdad que resume en dos principios fundamentales:
por un lado, el hecho de que todo aquello que pertenece al mundo de aquí, pasa; y
por otro lado, que solo Dios no cambia y es “para siempre”.
Este ha sido el
resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos
de nuestra lengua presentes en el aula Pablo VI:
Queridos
hermanos y hermanas:
Santa Teresa de Jesús vivió entre mil quinientos
quince y mil quinientos ochenta y dos. Ya desde niña, tuvo un gran anhelo de ver a
Dios; pasada la adolescencia, la lectura de autores espirituales la inician en el
recogimiento y la oración. Con veinte años, se hace monja carmelita. Las graves enfermedades
se unen a una lucha interior que culmina a la edad de treinta y nueve años. A partir
de entonces, comienza a describir experiencias de profunda unión con Dios. Paralelamente,
la Santa inicia y desarrolla la reforma de su Orden. En mil quinientos sesenta y dos,
funda en Ávila el primero de los diecisiete monasterios carmelitas que instituirá
durante su vida. Con san Juan de la Cruz, trazará la reforma de los frailes de la
Orden. A pesar de no tener una formación académica, la Santa hizo tesoro de buenas
lecturas, conoció a muchos santos y bebió de los Padres de la Iglesia. Entre sus obras,
destacan el Libro de la vida, en el que presenta su alma a san Juan de Ávila; Camino
de perfección, dedicado a sus religiosas como programa espiritual y, su gran obra
de madurez, El Castillo interior o las Moradas, en la que muestra el desarrollo de
la vida cristiana hacia la santidad. En su espiritualidad destaca la perfección como
aspiración de toda la vida cristiana. En ella confluyen su visión de la humanidad
de Jesús y su relación con Él en la oración, la escucha viva de la Palabra, su amor
a la Iglesia y las virtudes evangélicas como base de toda vida cristiana.
Saludo
cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes
de España, Chile, México y otros países latinoamericanos. Invito a todos, a
ejemplo de Santa Teresa de Jesús, a crecer siempre en la oración y en las virtudes
cristianas, hasta llegar a la plenitud del encuentro con el Señor. Muchas gracias.
Saludando
a los fieles polacos, les ha recordado que la Iglesia celebra hoy la Jornada de la
Vida Consagrada y por esta razón, el Papa les ha pedido sus oraciones por quienes
haciendo votos de pobreza, castidad y obediencia, tienden a la santidad, en el servicio
a los niños, a los jóvenes, a las personas enfermas, ancianas y solas y ha añadió
que somos gratos a todos ellos por las plegarias y el trabajo que realizan en las
parroquias, en los hospitales, en las casas para ancianos y en las escuelas. “Su servicio
–ha dicho Benedicto XVI textualmente- es para la Iglesia un don particularmente valioso.
Bendigo de corazón a todos los que viven siguiendo los consejos evangélicos y a todos
vosotros aquí presentes”.
El Papa también ha dirigido un cordial saludo a los
peregrinos de lengua italiana, en particular, a los fieles procedentes de la diócesis
de Caltagirone, acompañados por su obispo, Mons. Calogero Peri, a la vez que ha saludado
a los obispos amigos de la Comunidad de San Egidio; y ha agradecido a todos su presencia,
animándolos a seguir con fidelidad a Jesús y su Evangelio.
Por último, el Obispo
de Roma ha dirigido un pensamiento a los jóvenes, enfermos y recién casados presentes
en esta audiencia general. Tras recordarles que anteayer celebramos la memoria litúrgica
de san Juan Bosco, sacerdote y educador, el Santo Padre ha pedido a los jóvenes que
lo vean como un auténtico maestro de vida y de santidad. A los queridos enfermos les
ha dicho que de su experiencia espiritual aprendan a confiar en toda circunstancia
en Cristo crucificado. Mientras a los recién casados les ha sugerido que recurran
a su intercesión para que los ayude a asumir con generosidad su misión de esposos.