Mensaje para la 45 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: el Papa alienta
a la juventud a evitar una excesiva exposición al mundo virtual de Internet y no ceder
a la ilusión de construir artificialmente el propio “perfil” público
Lunes, 24 ene (RV).- «Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital». Benedicto
XVI invita a poner las nuevas tecnologías al servicio del bien integral de la persona
y de la humanidad, testimoniando a Cristo de forma coherente, creativa y responsable,
sin buscar ‘popularidad’ a toda costa y sin ‘desvirtuar’ el Evangelio. Y reitera la
cita de la próxima JMJ de Madrid.
Esta mañana, en la presentación de este Mensaje
del Papa para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2011, se ha anunciado
asimismo que en ocasión de la beatificación de Juan Pablo II se estrecharán aún más
los lazos de colaboración entre la Oficina de Prensa de la Santa Sede y el Pontificio
Consejo para las Comunicaciones Sociales, cuyo presidente destacó el comienzo de un
Portal multimedial de noticias vaticanas, con el anhelo de que se pueda poner en marcha
para las próximas celebraciones de Pascua de Resurrección.
En su Mensaje para
la 45 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales - fechado y presentado hoy, fiesta
de san Francisco de Sales – con el deseo de compartir algunas reflexiones y reconociendo
la creciente urgencia de profundizar en los desafíos que se plantean, el Papa señala
que si las extraordinarias potencialidades de Internet «se usan con sabiduría, pueden
contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo
la aspiración más profunda del ser humano».
El Santo Padre alienta a la juventud
a la búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, evitando riesgos, como
refugiarse en un mundo paralelo y una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo
de compartir, de establecer “amistades” – se lee en el Mensaje - implica el desafío
de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente
el propio “perfil” público.
«El contacto virtual no puede y no debe sustituir
el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida». Destacando que
las nuevas tecnologías son una gran oportunidad que permiten a las personas encontrarse
más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un
mundo nuevo de amistades potenciales, Benedicto XVI invita también a una mayor atención
y una toma de conciencia sobre los posibles riesgos. Estas fueron las palabras del
presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio
Maria Celli, que ha presentado hoy este documento pontificio:
El Santo Padre
nos invita nuevamente a reflexionar sobre lo que hoy significa comunicar, que no es
solamente un problema de tecnología, sino que, una vez más, considera el aspecto humano.
Y la invitación es que el hombre, en la comunicación, sea siempre más él mismo. La
invitación es que el hombre sea auténtico ¿Por qué? Porque es la única manera de lograr
que una comunicación no sea sólo una transmisión de comunicación, sino que sea verdaderamente
una comunicación entre seres humanos.
«Puede decirse que existe un estilo
cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación
franca y abierta, responsable y respetuosa del otro», afirma el Papa y destaca que
«comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos
abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar
testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias,
opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando
no se hable explícitamente de él. Asimismo, tampoco se puede anunciar un mensaje en
el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos
y con las nuevas formas de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder
a quien le pida razón de su esperanza (cf. 1 P 3,15)».
El Papa este año
ha subrayado también en su Mensaje qué es lo que quiere decir tener un estilo cristiano
en el mundo de la comunicación, que no es solamente cuando hablamos de temáticas religiosas,
sino cómo el hombre que tiene en su corazón el mensaje evangélico - por tanto que
vive en comunión con el Señor Jesús – afronta la relación con los demás. Es
por esto que el Papa este año nos habla de anuncio y de proclamación. Una proclamación
que se debe vivir, sin embargo, como dice el Papa en este Mensaje «con discreción
y respeto». Y, por tanto, no es sólo una imposición o diría casi un anuncio comercial,
sino que es una comunicación de vida.
Reiterando que «el compromiso de
ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con
respecto a los aspectos de este mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas
típicas de la red», Benedicto XVI señala que «hemos de tomar conciencia, sobre todo,
de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la “popularidad”
o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, más
que intentar hacerla aceptable, quizá desvirtuándola. Debe transformarse en alimento
cotidiano y no en atracción de un momento. La verdad del Evangelio no puede ser objeto
de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa
verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre
a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos
y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales
las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe».
El Papa «invita
a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones
que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar
presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana». Y contribuye
al desarrollo de «nuevas y más complejas formas de conciencia intelectual y espiritual,
de comprensión común». Pues «también en este campo estamos llamados a anunciar nuestra
fe en Cristo, que es Dios, el Salvador del hombre y de la historia, Aquél en quien
todas las cosas alcanzan su plenitud (cf. Ef 1, 10)». El Mensaje pontificio recuerda
que «la proclamación del Evangelio supone una forma de comunicación respetuosa y discreta,
que incita el corazón y mueve la conciencia; una forma que evoca el estilo de Jesús
resucitado cuando se hizo compañero de camino de los discípulos de Emaús (cf. Lc 24,
13-35), a quienes mediante su cercanía condujo gradualmente a la comprensión del misterio,
dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que tenían en el
corazón».
Los creyentes «ofrecen una valiosa aportación, para que la red no
sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas
emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás».
Escribe también el Papa, que culmina su Mensaje invitando «sobre todo a los jóvenes
a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital». Y les reitera la cita de
la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, «cuya preparación debe mucho
a las ventajas de las nuevas tecnologías».
Yo creo que estas
palabras del Papa nos invitan a todos nosotros a tomar conciencia sobre de qué forma
se debe estar presentes en el mundo de la comunicación de hoy. Usted recordará que
el Papa en su discurso al mundo de la cultura en Portugal, el pasado mes de mayo,
tomaba conciencia de que debemos dialogar con las verdades de los demás. Y sin embargo,
no debemos olvidar nuestra misión de ser anunciadores de esta verdad que hemos recibido.