Aprecio y gratitud del Papa por la labor de los funcionarios y agentes de la Policía
de Estado de Italia, ‘ángeles custodios’, que velan día y noche sobre el Vaticano
al servicio de los peregrinos
Sábado, 15 ene (RV).- Entre los encuentros tradicionales de comienzos de año para
el intercambio de felicitaciones, Benedicto XVI ha recibido asimismo a los dirigentes,
agentes y personal de policía encargados de la seguridad pública en la Plaza de San
Pedro, en sus alrededores y en otras zonas que pertenecen al Vaticano. Junto con sus
mejores deseos para este 2011, el Papa ha expresado su profunda gratitud y aprecio
a estos ‘ángeles custodios’.
«Aprovecho esta
oportunidad para manifestar mi sincero aprecio por el empeño y la profesionalidad
con la cual los funcionarios y los agentes de la Policía de Estado, casi como ‘ángeles
custodios’, velan día y noche sobre el Vaticano, garantizando la necesaria seguridad
y poniéndose al servicio de los peregrinos. Esta obra de vigilancia, que desarrolláis
con diligencia y solicitud en favor de la tutela del orden público es ciertamente
considerable y delicada. Requiere a veces no poca paciencia, perseverancia, sacrificio
y disponibilidad a la escucha. Se trata de un servicio de gran utilidad para el tranquilo
y seguro desarrollo de las manifestaciones espirituales y religiosas que se celebran
en la plaza de San Pedro. Que vuestra significativa presencia en el corazón de la
cristiandad, donde muchedumbres de fieles llegan sin cesar para encontrar al Sucesor
de Pedro y para visitar las tumbas de los Apóstoles, suscite cada vez más en cada
uno de vosotros el propósito de reavivar cada vez más la dimensión espiritual de la
vida, así como el empeño de profundizar vuestra fe cristiana, testimoniándola con
alegría a través de una conducta coherente».
Tras recordar que en el periodo
navideño, recién concluido, la liturgia nos ha invitado a acoger a la Palabra, revelándola
en el rostro de un Niño, el Hijo de Dios que brinda la salvación a toda la humanidad,
el Papa alentó a acoger a Cristo con confianza y alegría, haciendo hincapié en que
«nos lo presenta la Virgen María y Ella como Madre cuidadosa vela sobre nosotros»,
por lo que Benedicto XVI ha invitado a dirigirse «constantemente a su maternal intercesión
y a encomendarle a este 2011, que acaba de comenzar, para que sea para todos un tiempo
de esperanza y de paz».