Sábado, 11 dic (RV).- En Argentina este sábado, se llevará a cabo la
trigésima séptima edición de la Marcha de la Esperanza, expresión de fe de la que
participan miles de fieles de la comunidad diocesana de Mar del Plata, y que este
año llevará por lema "El amor es capaz de lo imposible". Los peregrinos saldrán a
las 16 de la Gruta de Lourdes, en la zona portuaria y desde allí marcharán hacia la
catedral de los Santos Pedro y Cecilia, pasando por varias parroquias.
Esta
marcha, que cada año congrega a numerosos fieles de la arquidiócesis, tiene la doble
finalidad de cerrar el trabajo pastoral y agradecer a la Virgen por los dones recibidos.
El administrador apostólico de Mar del Plata, monseñor Juan Alberto Puiggari explicó
que la marcha de la esperanza se suele hacer el sábado antes del 8 de diciembre, fiesta
de la Inmaculada, pero que este año, con motivo de la XX Cumbre Iberoamericana tuvo
que ser retrasada. Monseñor Puggairi también anunció que ésta será la última marcha
de la esperanza que organiza en Mar del Plata pues dentro de unos meses como arzobispo
de Paraná.
Concluye, hoy, en Nicaragua, el Encuentro de Expertos
sobre problemática de la Infancia, Niñez y Adolescentes en Riesgo, promovido por el
Departamento de Justicia y Solidaridad del Consejo Episcopal Latinoamericano conjuntamente
con los Departamentos de Familia y Vida y Cultura y Educación. El objetivo de la reunión
ha sido analizar y sensibilizar acerca de la situación de vulnerabilidad a la que
se encuentran los menores obligados a vivir en situaciones de graves riesgos morales
y humanos. Participan en el encuentro 16 personas venidas de diversas regiones de
América Latina y del Caribe quienes han abordado la realidad social, política, económica
y cultural en que se da la vulneración de niños y adolescentes, desde distintas perspectivas.
Mons.
Luis Artemio Flores Calzada, responsable de la sección de Pastoral Social del Departamento
de Justicia y Solidaridad explicó que las reflexiones se han hecho a la luz del Documento
de Aparecida, que insta a promover “procesos de reconocimiento de la niñez como
un sector decisivo de especial cuidado por parte de la Iglesia, la Sociedad y el Estado”,
ante la dolorosa situación de pobreza, de violencia intrafamiliar, de abuso sexual,
los sectores de niñez trabajadora, niños de la calle, niños portadores de HIV, huérfanos,
niños soldados, y menores expuestos a la pornografía y prostitución forzada, tanto
virtual como real.
En Colombia, tres obispos fueron galardonados
con el Premio Nacional de Paz, otorgado por Fescol, una organización que trabaja hace
30 años por el fortalecimiento de la democracia, la consolidación del Estado de Derecho,
y el pleno respeto a los derechos humanos en el país. Los obispos, Luis Augusto Castro,
Leonardo Gómez Serna y Nel Beltrán, han unido a sus labores pastorales una lucha por
la paz en el país sirviendo de instrumento para liberar a secuestrados, liderar negociaciones
entre el Gobierno y la guerrilla -algunas exitosas y otras no-, desmovilizar a guerrilleros
y paramilitares y, también, para darles techo y comida a las víctimas del conflicto
armado colombiano.
En el acta de entrega del premio, se lee que la mención
honorífica por su labor en defensa de la vida y la reconciliación, fue otorgada porque
“se han distinguido por su gran sensibilidad social, por el compromiso con el progreso
y desarrollo de los más pobres y necesitados, y por la búsqueda permanente de la paz
en condiciones muchas veces desafiantes y difíciles".