Predicación de Adviento: Navidad, respuesta a la visión cientificista que niega la
existencia de Dios
Viernes, 3 dic (RV).- La respuesta cristiana al cientificismo ateo: ha sido el tema
del primer sermón de Adviento, que ha pronunciado esta mañana el padre Raniero Cantalamessa
en la capilla «Redemptoris Mater» en presencia del Papa y la Curia Romana. El predicador
de la Casa Pontificia ha puesto de relieve los límites de las afirmaciones científicas
cuando quieren demostrar la inexistencia de Dios. “La Navidad, -ha dicho el predicador-
con el Misterio de la Encarnación, "es la antítesis más radical de la visión cientificista".
El padre Cantalamessa ha recordado en su sermón los argumentos que, como el
ateo militante Dawkins, llegaron a definir "analfabetos" a los científicos que dicen
ser creyentes. Tesis, ha señalado, que se revelan falsas, no en base a los argumentos
de fe, “sino del mismo análisis de los resultados de la ciencia y de la opinión de
muchos" ilustres científicos. Con una metáfora, el padre Cantalamessa ha comparado
los científicos ateos a los pájaros nocturnos que no saben nada del mundo diurno.
“Para
ver a Dios -ha afirmado- es necesario abrir una nueva perspectiva, es necesario aventurase
a salir fuera de la noche”. Sin embargo, ha añadido el predicador, el rechazo del
cientificismo, no debe dar lugar a desconfiar o a negar a la ciencia: "sería un flaco
servicio a la fe, antes incluso que a la ciencia".
“Una actitud abierta y constructiva
-ha afirmado el padre capuchino- nos la dio el beato John Henry Newman, del que ha
citado un pasaje de una carta del gran teólogo Inglés, hablando sobre la teoría de
la evolución de Darwin. "La teoría de Darwin, sea cierta o no, no necesariamente debe
ser atea; simplemente, puede sugerir una idea más amplia de la Divina Pre-ciencia....
A primera vista, no veo cómo "la evolución casual de los seres orgánicos" es incompatible
con el plan de Dios. Puede ser casual para nosotros, no para Dios."
El debate
sobre el cientificismo, ha explicado el padre Cantalamessa, nos lleva a un tema decisivo
para la evangelización: la posición que ocupa el hombre en el universo. La visión
cientificista reduce al hombre a un accidente histórico, un intruso "en la aplastante
y hostil inmensidad del universo". El cristianismo, en cambio, nos muestra que "el
universo es para el hombre y no el hombre para el cosmos." Justo lo contrario.
“En
definitiva, -ha finalizado el predicador capuchino-, el cientificismo lleva a un atea
visión del humanismo. El cristianismo sabe en cambio que la expresión más alta de
la dignidad y de la vocación del hombre está en la divinización de la persona”. Y
en este sentido “la Navidad, es la ocasión ideal para revivir este patrimonio común
de la cristiandad: "El Verbo se hizo hombre para que nosotros pudiéramos ser deificados.