El Papa afirma que ninguna teología es tal si no se integra en la vida y en la reflexión
de la Iglesia a través del tiempo y del espacio y resalta la interdependencia de los
teólogos y el ministerio de los pastores de la Iglesia
Viernes, 3 dic (Rv).- Después de mediodía Benedicto XVI ha recibido a los 33 miembros
de la Comisión Teológica Internacional en la Sala del Consistorio, al final de su
Asamblea Plenaria anual. El Santo Padre recordó que en este octavo “quinquenio” la
Comisión ha afrontado los temas relacionados con la teología y su metodología; la
cuestión del único Dios con relación a las tres religiones monoteístas y la integración
de la Doctrina social de la Iglesia en el contexto más amplio de la Doctrina cristiana.
Entre
otros conceptos, el Pontífice destacó que dado que el hombre tiende siempre a relacionar
sus conocimientos entre sí, también el conocimiento de Dios se organiza de modo sistemático,
si bien ningún sistema teológico puede subsistir si no está permeado por el amor de
su divino “Objeto”, y si no se alimenta siempre por el diálogo, es decir, por la acogida
en la mente y en el corazón del teólogo del Logos divino, Creador y Redentor.
Además
el Papa afirmó que ninguna teología es tal si no se integra en la vida y en la reflexión
de la Iglesia a través del tiempo y del espacio. Y añadió que es verdad que, para
ser científica, la teología debe argumentarse de modo racional, pero también debe
ser fiel a la naturaleza de la fe eclesial: centrada en Dios, enraizada en la oración,
en comunión con los demás discípulos del Señor, garantizada por la comunión con el
Sucesor de Pedro y todo el Colegio episcopal.
Benedicto XVI subrayó la naturaleza
de este encuentro que manifiesta de modo precioso y singular la unidad indispensable
que debe reinar entre teólogos y pastores. Porque como dijo el Papa, “no se puede
ser teólogos en la soledad: los teólogos tienen necesidad del ministerio de los pastores
de la Iglesia, como el Magisterio tiene necesidad de teólogos que cumplan totalmente
su servicio, con toda la ascesis que esto implica. Por último el Santo Padre agradeció
el trabajo de todos los teólogos, a la vez que los animó a tener “fe en el gran valor
de su empeño”.