Benedicto XVI celebra la Santa Misa en sufragio de Manuela Camagni
Jueves, 2 dic (RV).- Benedicto XVI ha celebrado una misa esta mañana en la Capilla
Paulina, en sufragio de Manuela Camagni, la Memor Domini de la familia pontificia,
fallecida trágicamente el 23 de noviembre pasado. En su homilía, el Papa ha recordado
con profunda gratitud el testimonio de la fe, la sabiduría y la caridad de la laica
consagrada y ha centrado sus palabras en lo que significa "memoria de Dios." Una memoria,
ha subrayado, que no mira al pasado, sino que es signo de la presencia viva del Señor
en la vida de cada hombre.
"Es también
memoria del futuro, porque es una certeza que venimos de la bondad de Dios y estamos
llamados a llegar a la bondad de Dios. Por eso en esta memoria está presente el elemento
de la alegría, nuestro origen en el gozo que es Dios y nuestra llamada a llegar a
la gran alegría. Y sabemos que Manuela era una persona penetrada por la alegría, de
aquel gozo que proviene de la memoria de Dios. "
Sin embargo, advierte, el
Santo Padre, nuestra memoria, como nuestra existencia, “está herida por el pecado".
La memoria de Dios está "ocultada", "cubierta por otras memorias superficiales" que
no le permiten llegar hasta el fondo, hasta la verdadera memoria. Precisamente de
ahí "el olvido de Dios", “la alegría oscurecida”.
"Hoy vemos
esta búsqueda desesperada de la alegría que cada vez se aleja más de su verdadero
origen, de su verdadera alegría. El olvido de Dios, olvido de nuestra memoria verdadera:
Manuela no fue de los que se había olvidado de la memoria, vivió justo en la memoria
viva del Creador. En la alegría de Su relación, viendo la transparencia de Dios en
todo lo creado, incluso en los acontecimientos diarios de nuestras vidas, comprendió
que de esta memoria viene la alegría.
"En cuanto Memor Domini, ha dicho después
el Papa, Manuela sabía que Dios es más fuerte que la muerte y es una fuente de la
vida eterna:
"Dios no es
un Dios de los muertos, es un Dios de los vivos y quien es parte del nombre de Dios,
quien está en la memoria de Dios está vivo, es más, nosotros los humanos, con nuestra
memoria podemos conservar por desgracia sólo una sombra de las personas que hemos
amado. Pero la memoria de Dios no sólo mantiene la sombra, es el origen de la vida:
allí viven los muertos, en Su vida y con Su vida han entrado en la memoria de que
Dios es la vida".
El Papa ha concluido su homilía, señalando que la liturgia
renovada después del Concilio Vaticano II, se canta el Aleluya también en la misa
por los difuntos. “Nosotros ha reconocido, "sentimos el dolor de la pérdida, sentimos
la ausencia, el pasado." Sin embargo, ha agregado, "la liturgia sabe que estamos en
el mismo Cuerpo de Cristo" y vivimos en la memoria de Dios.