Profundo dolor del Papa por la muerte de Manuela Camagni, laica consagrada de la Familia
Pontificia
Jueves, 25 nov (RV).- Benedicto XVI recibió con profundo dolor la noticia del fallecimiento
de Manuela Camagni, Memores Domini de la Familia Pontificia, que murió la madrugada
de ayer, como consecuencia de las gravísimas heridas que sufrió al ser atropellada
por un auto, en Roma. Ayer mismo, a primera hora de la mañana, el Papa rezó en
sufragio de Manuela, durante la misa que celebró con la familia pontificia, en la
capilla privada. Luego, los monseñores Georg Gäswein, secretario particular de Benedicto
XVI, y Alfred Xuereb, de la secretaría particular, se dirigieron con las otras memores
Domini al tanatorio del hospital romano donde la misma Manuela había sido internada
y operada de urgencia.
La Asociación Memores Domini reúne a personas de la
Fraternidad de Comunión y Liberación, que siguen una vocación de entrega total a Dios
dentro del mundo. Y, precisamente, al conocer la noticia de la muerte repentina de
Manuela Camagni, Memores Domini que prestaba servicio en el apartamento papal, don
Julián Carrón, presidente de Comunión y Liberación, envió un mensaje a todos los miembros
de esta ‘Asociación eclesial privada universal’, que es como ha sido reconocida por
la Santa Sede, en 1988.
«Queridos amigos – escribe don Julián Carrón - la
repentina muerte de nuestra amiga Manuela Camagni es un llamado misterioso con el
que el Señor nos obliga a pensar en Él, renovando la certeza de que “ni un solo cabello
de vuestra cabeza se perderá”, como nos dice la Liturgia de hoy. Estrechémonos intensamente
en nuestro abrazo el Santo Padre, como hijos que quieren compartir en todo su humanidad
herida».
«Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”.
Para Manuela “dar la vida” se manifestó de manera patente y asombrosa tanto en su
disponibilidad para la misión en Túnez como en el servicio al Santo Padre», recuerda
el mensaje del presidente de Comunión y Liberación, que concluye con un entrañable
anhelo, «que su sacrificio renueve con verdad el “sí” de cada uno de nosotros, para
que la victoria de Cristo se afirme en nuestros corazones cada vez más. Que don Giussani,
por intercesión de la Virgen, obtenga para nuestra amiga el don de la felicidad eterna
y para el Papa el consuelo».
Manuela Camagni había nacido en 1954, en la localidad
italiana de San Piero in Bagno de Romagna. En 1980, había ingresado en la comunidad
Memores Domini. Desde mayo de 2005, poco después de la elección pontificia de Benedicto
XVI, integraba la familia pontificia. La misma a la que se refiere el Papa en el libro
Luz del Mundo, publicado recientemente, hablando de algunos momentos de su vida privada.
«Con
la familia pontificia, cuatro mujeres de la comunidad Memores Domini y los dos secretarios,
vivimos momentos de distensión y de oración», señala Benedicto XVI en el mencionado
libro, destacando que ‘a partir del Señor’, son «momentos particularmente importantes
y muy intensos».
La Fraternidad Comunión y Liberación señala que las características
principales de la vida de los Memores Domini son la contemplación, entendida como
memoria tendencialmente continua de Cristo, y la misión, es decir, la pasión por llevar
el anuncio cristiano a la vida de todos los hombres.