El Papa invita a acompañar con la oración y cercanía espiritual a los nuevos «cardenales
para que, unidos en estrecha comunión con el Sucesor de Pedro, continúen sirviendo
con fidelidad a la Iglesia»
Lunes, 22 nov (RV).- Mientras siguen vivos aún, en la mente y en el corazón de todos,
los sentimientos y las emociones, que vivimos el domingo y el sábado, en ocasión de
la creación de 24 cardenales, Benedicto XVI recibió, esta mañana en el Aula Pablo
VI, a los nuevos purpurados, acompañados de sus familiares y peregrinos que acudieron
a Roma, con motivo del tercer Consistorio de su Pontificado.
«Momentos de
ferviente oración y de profunda comunión, que hoy queremos prolongar con el alma repleta
de gratitud al Señor, que nos ha dado la alegría de vivir una nueva página de la historia
de la Iglesia», enfatizó el Santo Padre, saludando luego, en varias lenguas, a todos
los que participaron «en este encuentro sencillo y familiar». Éstas eran las palabras
de Benedicto XVI en nuestra lengua: Saludo con afecto
a los nuevos cardenales de lengua española, acompañados de sus familiares y de tantos
obispos, sacerdotes, religiosos y laicos venidos especialmente de Ecuador y España.
La Iglesia en Ecuador se alegra por el Cardenal Raúl Eduardo Vela Chiriboga, arzobispo
emérito de Quito, que con celo y dedicación ejemplar ha desempeñado también su ministerio
episcopal en Guayaquil, Azogues, y como obispo ordinario militar. También la Iglesia
que peregrina en España se congratula por el cardenal José Manuel Estepa Llaurens,
arzobispo emérito castrense, que ha prestado un servicio precioso participando en
la redacción del Catecismo de la Iglesia Católica. Os invito a todos a acompañar con
vuestra oración y cercanía espiritual a los nuevos miembros del Colegio de cardenales
para que, movidos por un amor intenso a Cristo y unidos en estrecha comunión con el
Sucesor de Pedro, continúen sirviendo con fidelidad a la Iglesia. También
en italiano, francés, inglés, alemán, portugués y polaco, Benedicto XVI invitó a rezar
para que el Colegio Cardenalicio, enriquecido con estos nuevos miembros - que reiteran
la dimensión universal de la Iglesia - persevere en su misión, en comunión con el
Sucesor de Pedro, trabajando eficazmente por la unidad, la santidad y la paz de todo
el Pueblo de Dios.
Haciendo hincapié en que confía en el ulterior compromiso
de los nuevos purpurados en sostener al Sucesor de Pedro, el Papa los alentó, a proseguir
en su misión espiritual y apostólica, que acaba de conocer una etapa muy importante.
«A contemplar a Cristo, dejándose impregnar con su gracia y a seguir el ejemplo luminoso
de los cardenales santos, intrépidos servidores de la Iglesia, que en el curso de
los siglos han rendido gloria a Dios, con el ejercicio heroico de las virtudes y tenaz
fidelidad al Evangelio».
Antes de impartir con afecto una especial Bendición
Apostólica e invocando sobre todos la maternal protección de la Virgen María, Madre
de la Iglesia, y de la mártir santa Cecilia, cuya memoria celebramos hoy, Benedicto
XVI deseó que la patrona de la música los acompañe y sostenga en su compromiso «de
ser en la Iglesia atentos escuchadores de las diversas voces, para hacer más profunda
la unidad de los corazones».