La Santa Sede afrontará de forma coordinada y eficaz los casos de abusos sexuales
y reitera la necesidad de denunciarlos ante las autoridades civiles
Sábado, 20 nov (RV).- Un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede señala
que en la tarde de ayer, en el marco de la Jornada de oración y reflexión del Papa
con el Colegio Cardenalicio, en ocasión de este Consistorio, tuvo lugar, a las cinco
de la tarde la celebración de las vísperas y luego se presentaron las ponencias anunciadas.
Ante todo, el arzobispo Angelo Amato, habló sobre la Declaración ‘Dominus Jesus’,
de la Congregación para la Doctrina de la Fe, diez años después de su publicación».
Destacando
que la mencionada Declaración esclarece algunas verdades cristológicas y eclesiológicas
fundamentales e impulsa los diálogos ecuménicos e interreligiosos, a partir de una
precisa identidad católica, el cardenal Angelo Amato, añadió que, al mismo tiempo,
no ha cerrado los caminos de búsqueda positivos indicados por el Concilio, sobre la
gran cuestión de la salvación de los no cristianos. La Dominus Jesus, poniendo en
guardia contra un malentendido pluralismo, queda como válido llamado de claridad doctrinal
y pastoral, como base de la catequesis, de la nueva evangelización y de la ‘missio
ad gentes’.
El cardenal William Levada desarrolló las dos ponencias que tenía
encomendadas, respectivamente sobre ‘Respuesta de la Iglesia a los casos de abuso
sexual: hacia una orientación común’ y sobre ‘la Constitución apostólica ‘Anglicanorum
coetibus’. En la primera, el cardenal ofreció una actualización sobre la legislación
canónica, concerniente al delito de abuso sexual sobre los menores y luego desarrolló
algunas observaciones acerca de la responsabilidad más amplia de los obispos en la
tutela de los fieles que tienen encomendados.
En este contexto, se inspiró
en las palabras del Santo Padre, en su ejemplo de escucha y de acogida hacia las víctimas
y habló de la colaboración con las autoridades civiles y de la necesidad de un eficaz
compromiso de protección de los niños y de los jóvenes y de una atenta selección y
formación de los futuros sacerdotes y religiosos. Finalmente, informó sobre el trabajo
de preparación de una carta circular de la Congregación a las Conferencias episcopales,
sobre las líneas guía que se ofrecen para un programa coordinado y eficaz en la dirección
mencionada.
En su segunda ponencia, el cardenal William Levada presentó la
naturaleza y origen de la Constitución apostólica sobre la institución de los ordinariatos
para los fieles anglicanos que desean entrar ‘corporativamente’ en la comunión plena
con la Iglesia católica. Y explicó el contexto ecuménico y la situación actual en
lo que respecta a la constitución de Ordinariatos, el primero de los cuales será erigido
en Gran Bretaña, como se comunicó ayer mismo en una declaración de la Conferencia
Episcopal de Inglaterra y Gales.
En la sucesiva discusión intervinieron 12
cardenales (por lo que durante la jornada hubo en total 30 intervenciones). Algunos
se refirieron con ulteriores profundizaciones a los temas presentados durante la mañana.
Es decir, la libertad religiosa y litúrgica, y otros a los nuevos temas de la tarde.
En particular, al de la respuesta de la Iglesia a los casos de abuso sexual. Se sugirió,
entre otras cosas, alentar a las Conferencias Episcopales a desarrollar places eficaces,
tempestivos, articulados, completos y decididos de protección de los menores, que
tengan en cuenta los múltiples aspectos del problema y de las necesarias líneas de
intervención. Tanto para el restablecimiento de la justicia, como para la asistencia
de las víctimas, y de la prevención y la formación, también en los países donde el
problema no se ha manifestado de forma dramática, como en otros.
En el curso
del debate, se decidió también manifestar la solidaridad del Colegio Cardenalicio
– en unión con el Santo Padre – con los pueblos de Irak y de Haití, particularmente
probados y de poner en marcha una iniciativa concreta de colectas de ofertas caritativas,
que se enviarán por medio de Cor Unum. La sesión concluyó poco después de las siete
de la tarde, con unas breves palabras de agradecimiento de Benedicto XVI y con el
rezo del Ángelus.