Benedicto XVI exhorta a no interrumpir el camino hacia la unidad de los cristianos
a pesar de las nuevas situaciones problemáticas o de las dificultades en el diálogo
Jueves, 18 nov (RV).- El diálogo ecuménico ha recorrido mucho camino en 50 años, pero
ha de encontrar nuevo impulso, sin olvidar que la unidad de los cristianos la hace
Dios y no una hábil negociación de compromiso. Al final de la mañana, Benedicto XVI
ha recibido a los participantes a la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para
la Promoción de la Unidad de los Cristianos reunidos estos día para reflexionar sobre
el tema “Hacia una nueva etapa del diálogo ecuménico”. El Papa en su discurso se ha
congratulado con el presidente y los miembros del dicasterio que ayer celebraron con
un solemne acto conmemorativo el 50º aniversario de su institución.
Fue el
5 de junio de 1960, a la vigilia del Concilio Vaticano II, cuando el beato Juan XXIII
creó el Secretariado para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, que 1988 tomó
el nombre actual. “Fue un acto que constituyó una piedra miliar para el camino ecuménico
de la Iglesia Católica”, ha dicho el Papa. “En el curso de estos 50 años se ha recorrido
mucho camino”.
Son 50 años en
los que se ha adquirido un conocimiento más verdadero y una estima mayor con las iglesias
y las comunidades eclesiales, superando prejuicios sedimentados por la historia; se
ha crecido en el diálogo teológico, pero también en el de la caridad; se han desarrollado
varias formas de colaboración, entre las cuales, además de la defensa de la vida,
está la salvaguardia de la creación y combatir la injusticia. Importante y fructuosa
ha sido también la traducción ecuménica de la Sagrada Escritura. Benedicto
XVI ha subrayado en este sentido el amplio proyecto en el que se ha comprometido el
Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el Harvest Project,
con el que se quiere trazar un balance de las metas conseguidas en los diálogos teológicos
con las principales Comunidades eclesiales desde el Vaticano II. El Papa les ha animado
a proseguir en este empeño, promoviendo una correcta y exacta investigación teológica
al servicio del camino hacia la unidad.
Hoy algunos piensan
que tal camino, especialmente en Occidente, haya perdido impulso; se advierte, entonces,
la urgencia de reavivar el interés ecuménico y dar una nueva fuerza a los diálogos.
Luego, se presentan desafíos inéditos: las nuevas interpretaciones antropológicas
y éticas, la formación ecuménica de las nuevas generaciones, la ulterior fragmentación
del escenario ecuménico. Es esencial tomar conciencia de tales cambios e individuar
los caminos para proceder de manera eficaz a la luz de la voluntad del Señor: que
sean todos una sola cosa”.
El Pontífice ha señalado que prosigue
también el diálogo con las Iglesias Ortodoxas y las Antiguas Iglesias Orientales.
La Iglesia católica lo hace con “pasión, intentando profundizar de manera seria y
rigurosa en el común patrimonio teológico, litúrgico y espiritual”. Con los ortodoxos
se ha llegado a tocar un punto crucial: el papel del obispo de Roma en la comunión
de la Iglesia; y la cuestión eclesiológica está en el centro del diálogo con las antiguas
Iglesias Orientales. La presencia de nuevas situaciones problemáticas o de puntos
difíciles para el diálogo -ha explicado el Papa- no debe interrumpir y la acción ecuménica
que tiene un dúplice movimiento.
Por una parte la
búsqueda convencida, apasionada y tenaz para encontrar toda la unidad en la verdad,
para idear modelos de unidad, para iluminar oposiciones y puntos obscuros en orden
al logro de la unidad. Y esto en el necesario diálogo teológico, pero sobre todo en
la oración y en la penitencia. Y por otra parte, no sabemos el momento de la realización
de la unidad entre los discípulos de Cristo y no lo podemos conocer, porque la unidad
no la hacemos nosotros, la hace Dios; viene de lo alto, y esto no debe hacer disminuir
nuestro empeño, antes bien, nos debe disponer a estar cada vez más atentos a interpretar
los signos y los tiempos del Señor, sabiendo reconocer con gratitud lo que ya nos
une y trabajar para que se consolide y crezca.