El Papa visita la Obra Benéfico Social Niño – Dios y subraya la necesidad que los
discípulos de Cristo multipliquen gestos concretos de solidaridad efectiva y constante
Domingo, 7 nov (RV).- El Santo Padre ha visitado sólo dos ciudades, pero con su oración
y pensamiento ha querido abrazar a todos los españoles, sin excepción alguna y a tantos
otros que viven en el país, sin haber nacido aquí.
Pasadas las cinco de la
tarde el Santo Padre visitó la Obra Benéfico Social Niño –Dios, un instituto creado
en 1892 por la Madre Carmen del Niño Jesús Gonzáles, beatificada en 2007, y fundadora
de las Hermanas franciscanas de los Sagrados Corazones. El Instituto nació inicialmente
para asistir a niños de familias necesitadas y durante mucho tiempo la mayoría de
sus pacientes fueron afectados por el síndrome de Down.
En la actualidad y
debido a la disminución de estos casos, la mayoría de sus pequeños pacientes están
aquejados de autismo, epilepsias graves o de problemas de personalidad o de comportamiento.
El instituto ofrece asistencia sanitaria y psicológica a 250 pacientes de edades comprendidas
entre los 3 y los 21 años, uno de ellos María del Mar a quien escuchamos a continuación
En su discurso
el Papa ha subrayado la necesidad “en estos momentos en los que muchos hogares afrontan
serias dificultades económicas”, de que los discípulos de Cristo multipliquen los
gestos concretos de solidaridad efectiva y constante.
Con el esfuerzo de
ésta y otras instituciones eclesiales análogas, a la que se sumará la nueva Residencia
que habéis deseado que llevara el nombre del Papa, se pone de manifiesto que, para
el cristiano, todo hombre es un verdadero santuario de Dios, que ha de ser tratado
con sumo respeto y cariño, sobre todo cuando se encuentra en necesidad
Benedicto
XVI ha querido recordar también a los muchos hijos de la Iglesia que han dedicado
sus vidas a la enseñanza, a la beneficencia o el cuidado de enfermos y discapacitados.
En
el cuidado de los más débiles, mucho han contribuido los formidables avances de la
sanidad en los últimos decenios, que han ido acompañados por la creciente convicción
de la importancia de un esmerado trato humano para el buen resultado del proceso terapéutico.
Por eso, es imprescindible que los nuevos desarrollos tecnológicos en el campo médico
nunca vayan en detrimento del respeto a la vida y dignidad humana, de modo que quienes
padecen enfermedades o minusvalías psíquicas o físicas puedan recibir siempre aquel
amor y atenciones que los haga sentirse valorados como personas en sus necesidades
concretas
Y sobre el
encuentro del Papa con los niños y jóvenes especiales del Instituto Nen Deù les ofrecemos
el reporte de David Gutiérrez