Plenaria del Pontificio Consejo de la cultura: “Cultura de la comunicación y nuevos
lenguajes”
Lunes, 2 nov (RV).- Mañana también a las doce y media en la Oficina de prensa de la
Santa Sede tendrá lugar una conferencia de presentación de la asamblea plenaria del
Pontificio Consejo de la cultura que dará inició del 10 al 13 de noviembre con el
tema. “Cultura de la comunicación y nuevos lenguajes”. También se presentará el duodécimo
volumen en lengua alemana, de la Obra omnia de Joseph Ratzinger con el título “Anunciador
de la Palabra y servidor de vuestra Alegría-teología y espiritualidad del sacramento
de la ordenación”. (“Künder des Wortes und Diener eurer Freude -Theologie und Spiritualität
des Weihesakramentes”).
En la conferencia de prensa intervendrán Mons. Gianfranco
Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de la cultura, Mons. Gerhard Ludwig Müller,
obispo de Regensburg, y miembro del dicasterio así como curador de la Opera omnia
de Joseph Ratzinger; Mons. Pasquale Iacobone, responsable del Departamento “Arte y
Fe” del Pontificio Consejo de la cultura; y el señor Richard Rouse, responsable del
Departamento “comunicación y lenguajes” del mismo dicasterio. Fabio Colagrande del
programa italiano de nuestra emisora entrevistó a Mons. Ravasi quien nos habla sobre
el tema de la plenaria.
Es sobretodo
el tema preliminar en cada encuentro con el mundo de la cultura: si no se encuentra
el tejido común, o sea el léxico, la gramática, y el estilo para relacionarnos los
unos con los otros, para encontrarnos, es imposible pasar a los contenidos. La nuestra,
por tanto, no es sólo una reflexión sobre la comunicación social, como ocurre también
en otros dicasterios de la Santa Sede; sino que se estudia la comunicación a nivel
más alto, teórico, estructural de manera que sea posible pasar a los contenidos del
diálogo mismo, una vez encontrada la sintonía en los lenguajes.
Al preguntarle
si existe una dificultad en el mundo eclesial en adoptar un código comunicativo comprensible,
ya sea dentro del mismo, así como en la comunicación con el mundo externo nos dijo:
Este es
el problema central. El movimiento tiende al centro, ir hacia el interior, hacia nosotros
mismos, porque muchas veces, también para nosotros, el lenguaje interno en la comunidad
eclesial es casi totalmente afónico. Pensamos al lenguaje teológico tan sofisticado,
que no encuentra más una referencia en la población católica, creyente, practicante,
que esta dentro de la Iglesia y que el domingo escucha la homilía, pero que en su
interior tiene el lenguaje televisivo, el lenguaje de Internet, o el lenguaje cotidiano.
Por tanto es necesario también un lenguaje centrífugo, o sea hacia el exterior,
hacia la periferia para que nuestra comunicación tenga una lógica, una coherencia,
su propio vocabulario, peo al mismo tiempo trate de lanzar su lenguaje hacia un nuevo
horizonte, con lenguajes nuevos. No debemos olvidar la obra que realizó, por ejemplo,
San Pablo, cuando pasó de una cultura que era profundamente semítica a una cultura
ligada en cambio, al mundo mediterráneo de entonces, que tenía rasgos del helenismo
y de la cultura romana. Por este motivo quisimos hacer la inauguración de nuestra
plenaria, por primera vez en el capitolio, en las afueras de la Santa sede, abriéndola
de esta manera idealmente a un areópago como lo es el de la ciudad en este caso la
ciudad de Roma, para tener abierto el deseo de intervenir a nivel más amplio posible.