2010-10-21 17:14:59

Benedicto XVI destaca el papel estabilizador de Corea en la región asiática y señala que los valores cristianos son garantía de justicia y solidaridad social


Jueves, 21 oct (RV).- Esta mañana, en su discurso de bienvenida al nuevo embajador de Corea, Benedicto XVI ha recordado que los valores cristianos son garantía de justicia y solidaridad social. Destacando el papel estabilizador en la región asiática, de esta nación, capaz de crecimiento económico así como de inversiones en el campo de la solidaridad, el Papa ha expresado su aprecio hacia la República coreana, cuyo embajador ha manifestado el anhelo de su país de que el Pontífice visite Corea.



Reflexionando sobre el notable crecimiento económico alcanzado por casi 50 millones de personas que han hecho que Corea se transforme en un país ‘donante’ de ayudas, Benedicto XVI ha hecho hincapié en la generosidad del pueblo coreano.



Sin olvidar, «los peligros de un rápido crecimiento económico, que lamentablemente asechan los valores éticos, haciendo que los más pobres de la sociedad queden al margen de la legítima prosperidad de la nación», el Papa se ha referido a «la crisis financiera de los últimos años, que ha exacerbado el problema, pero que también ha centrado la atención sobre la necesidad de renovar los cimientos éticos de toda actividad económica y política».



Alentando al gobierno de Seúl «a garantizar que la justicia social y el cuidado del bien común crezcan al igual que la prosperidad material», el Santo Padre ha hecho hincapié en «el gran aprecio de la Santa Sede» por «el papel activo desarrollado por la República de Corea», en particular en su región geográfica, pero abarcando también otros continentes.



«Promoviendo la paz y la estabilidad de la península, así como la seguridad y la integración económica de las naciones en toda la región asiática del Pacífico, también por medio de sus importantes relaciones diplomáticas con los países africanos - en particular, acogiendo el próximo mes la cumbre del G20 en Seúl - el gobierno coreano ha dado amplia prueba de su papel como actor importante en la escena mundial y ha contribuido a garantizar que el proceso de globalización sea impulsado por la solidaridad y la fraternidad», ha afirmado el Papa, poniendo de relieve luego la provechosa colaboración que caracteriza las relaciones entre la Santa Sede y las autoridades coreanas.



Tras destacar la contribución ofrecida por la Iglesia en Corea en lo que respecta a los campos de la instrucción y de la educación, de la asistencia a los pobres y a los trabajadores inmigrados, de la tutela de la vida y de la familia, Benedicto XVI ha recordado también el Congreso de los laicos católicos asiáticos, celebrado precisamente en Seúl, el pasado mes de septiembre. Y ha recordado que «los laicos coreanos fueron los primeros que anunciaron el Evangelio en este país, siendo numerosos los que sufrieron el martirio por la fe». «Testimonio – ha dicho el Papa – que consentirá que la vida pública en Corea se impregne cada vez más de los valores cristianos de la justicia y de la solidaridad».








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