2010-10-20 15:34:51

Audiencia General: el Papa dedica la catequesis a santa Isabel de Hungría, “verdadero ejemplo de servicio para todos los que tienen responsabilidades de gobierno”


Miércoles, 20 oct (RV).- El Santo Padre ha dedicado la catequesis de la audiencia general de hoy en la plaza de san Pedro a santa Isabel de Hungría, una santa, ha subrayado el Papa, que “suscitó gran admiración durante la Edad Media y también hoy”. De sangre real, Isabel se unió en matrimonio con Ludovico, hijo de un soberano rico e influyente. Fue el suyo un amor mutuo y sincero, animado por el deseo de cumplir la voluntad de Dios.

Isabel siempre manifestó gran coherencia entre la fe profesada y la vida cotidiana, por encima de los compromisos frecuentes de la corte. Rehusó llevar la corona, símbolo de los honores terrestres, cuando Jesús, su Rey, había llevado una corona de espinas. “Ejerció la autoridad como servicio humilde de la justicia y de la caridad en la búsqueda del bien común”.

Santa Isabel fue “un verdadero ejemplo de servicio para todos los que tienen responsabilidades de gobierno”, ha dicho el Papa. “Practicó asiduamente las obras de misericordia y dio testimonio de cómo la fe y el amor fortalecen la familia y el matrimonio”. Su santidad brilló tanto en la manera de gobernar, como en su vida conyugal y familiar.

Encontró su guía en san Francisco de Asís, que se convirtió en su maestro, cuando enviudó a los veinte años, en 1227. Donó entonces todos sus bienes a los pobres a los que consagró sus últimos años de vida. “Fue una gran santa de la caridad”, ha afirmado el Papa: todo a lo largo de su vida de reina, de esposa, de madre y de mujer consagrada lo dedicó a Dios y a los demás. “Que su testimonio luminoso nos enseñe hoy a ver en los necesitados, el rostro del Cristo crucificado, pobre y humilde”.

Este ha sido el resumen de su catequesis en español, que ha hecho el Papa para los fieles de nuestra lengua. RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:
Hoy quisiera hablaros de santa Isabel de Hungría, que nació en mil doscientos siete. Tras vivir los primeros años en la corte húngara fue entregada en matrimonio a Luis de Turingia. La vida de esta santa es un verdadero ejemplo de servicio para todos los que tienen responsabilidades de gobierno. Ella practicó asiduamente las obras de misericordia y dio un testimonio claro de cómo la fe y el amor hacia Dios y el prójimo fortalecen la vida familiar y hacen aún más profunda la unión matrimonial. Isabel, en su vida espiritual, encontró apoyo en los Frailes Menores y, a partir de aquel momento, hizo más decidido su seguimiento de Cristo pobre y crucificado. Al morir su esposo, renunció a todas las vanidades del mundo y construyó un hospital, en el que sirvió a los enfermos, pobres y lisiados. Murió en mil doscientos treinta y uno. Fue canonizada por Gregorio IX y declarada patrona de la Tercera Orden Regular de San Francisco y de las Órdenes Franciscanas Seculares.
 
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los miembros de la Cofradía escolapia del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima del mayor dolor, de Granada; a los fieles de Alcobendas, a los Oficiales del curso de Estado Mayor de la Academia Aérea de Ecuador, así como a los demás grupos provenientes de España, México y otros países latinoamericanos. Que la figura de Santa Isabel de Hungría, modelo de caridad, nos inspire también a nosotros a un amor intenso hacia Dios y hacia el prójimo. Muchas gracias.

Saludando en polaco el Papa les ha recordado a los peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro que hoy en Polonia se celebra la memoria litúrgica de San Juan de Kety, filósofo, teólogo de la Universidad de Jagellonica, patrono de la archidiócesis de Cracovia. Era trabajador, perseverante, piadoso. Se distinguió por el espíritu de misericordia y por la solicitud hacia los pobres. Aprendamos de él la fidelidad a Cristo y al Evangelio.

En eslovaco el Santo Padre ha recordado a los peregrinos que la catequesis de hoy se nos presenta la figura de Santa Isabel de Hungría, tan cercana a ellos. Que este extraordinario testimonio de amor hacia los pobres suscite en vosotros un renovado compromiso en las obras de misericordia.

Como siempre el Santo Padre se ha dirigido al final de la audiencia a los jóvenes a los enfermos y a los recién casados. Queridos amigos, el mes de octubre nos invita a renovar nuestra activa cooperación en la misión de la Iglesia. Con las frescas energías de la juventud, con la fuerza de la oración y del sacrificio y con la potencialidad de la vida conyugal, sabed ser misioneros del Evangelio, ofreciendo vuestra ayuda concreta a cuantos se esfuerzan por llevarlo a quien todavía no lo conoce.







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