Benedicto XVI propone un modelo de desarrollo inspirado en la solidaridad y dirigido
al bien común, para salir de la actual crisis global
Viernes, 15 oct (RV).- Benedicto XVI propone un modelo de desarrollo inspirado en
la solidaridad y dirigido al bien común, para salir de la actual crisis global. En
su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Alimentación, que tiene lugar mañana
el Papa subraya que esta celebración anual representa una ocasión para que la FAO
trace un balance general de los objetivos conseguidos para garantizar el alimento
diario a millones de nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo.
El mensaje
del Santo Padre ha sido leído esta mañana por Mons. Renato Volante, Observador permanente
de la Santa Sede ante la FAO, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación en Roma. En el mismo, el Pontífice señala que
la celebración de mañana representa también una ocasión para resaltar las dificultades
que surgen cuando la solidaridad decae. “Demasiado a menudo, -escribe Benedicto XVI-
la atención se desvía de las necesidades de la población y no se pone el suficiente
énfasis sobre el trabajo en los campos, con la consiguiente desprotección de la tierra.
El resultado final es el desequilibrio económico y que se ignoren los derechos inalienables
y la dignidad del ser humano”.
El tema de la Jornada Mundial de la Alimentación
de este año: “Unidos contra el Hambre”, es una oportunidad para recordar que todos
tienen que asumir el compromiso de dar al sector agrícola su adecuada importancia.
Cada cual –desde los individuos hasta las organizaciones de la sociedad civil, los
Estados o las instituciones internacionales- deben dar prioridad a uno de los objetivos
más urgentes para la familia humana: la erradicación del hambre.
Y para lograrlo
–agrega el Pontífice– es necesario asegurarse no sólo de que haya suficientes alimentos,
sino también de que todos tengan acceso diario a los mismos: ello conlleva la promoción
de los recursos e infraestructuras necesarias para sostener la producción y la distribución
a una escala suficiente que garantice plenamente el derecho a la alimentación.
El
Santo Padre recuerda también la necesidad de iniciativas concretas inspiradas en la
caridad y la verdad, capaces de superar los obstáculos naturales vinculados a los
ciclos de las estaciones o a las condiciones ambientales, así como los obstáculos
interpuestos por el hombre. “La caridad, practicada a la luz de la verdad, puede poner
fin a las divisiones y los conflictos, para que los bienes de la tierra puedan pasar
entre los pueblos en un intercambio intenso y continuo”.
En este sentido el
Papa elogia como importante paso adelante la reciente decisión de la comunidad internacional
de proteger el derecho al acceso al agua, un derecho que la FAO siempre ha considerado
esencial para la alimentación, las labores agrícolas y la conservación de la naturaleza.
“Si
la comunidad internacional se une verdaderamente contra el hambre, la pobreza se superará
a través de un auténtico desarrollo humano, basado en la idea de la persona como una
unidad de cuerpo, alma y espíritu”. Hoy, sin embargo, -lamenta Benedicto XVI- hay
una tendencia a limitar la visión del desarrollo a una que satisfaga las necesidades
materiales de la persona, especialmente a través del acceso a la tecnología. Sin embargo
el verdadero desarrollo no es simplemente una función de lo que una persona "tiene",
también debe abrazar los valores más altos de la fraternidad, la solidaridad y el
bien común”.