2010-08-25 14:37:14

“Benedicto XVI no solo ofrece apoyo a las victimas de la pederastia, sino que se empeña en hacer lo posible para que no se verifiquen nunca más estos crímenes odiosos”


Miércoles, 25 ago (RV).- Desde cuando era cardenal, Joseph Ratzinger siempre ha enfrentado con determinación el escándalo de la pederastia en la Iglesia. Lo ha subrayado Mons. Charles J. Scicluna, promotor de justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en una reciente entrevista al canal estadounidense Fox News.

Benedicto XVI “está empeñado no solo en ofrecer apoyo” a las victimas de la pederastia, sino también a hacer todo lo posible para que en la Iglesia no se verifiquen nunca más estos “crímenes odiosos”. En esta entrevista a la cadena estadounidense Mons. Scicluna se detiene en la línea clara y neta de Joseph Ratzinger sobre los abusos por parte de miembros del clero, ya desde cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe “he sido testigo directo del trabajo desarrollado por el cardenal prefecto del 2002 al 2005, cuando ha examinado centenares de casos de abusos sexuales. He sido testigo directo de la piedad, del sentido de frustración y de la rabia que estos casos han suscitado en el cardenal Ratzinger, el mismo hombre que el 19 de abril de 2005 se ha convertido en Benedicto XVI. Puedo decir que el 6 de mayo de 2005, sólo pocos días después de su elección, recibió en audiencia a Mons. Angelo Amato, por ese entonces secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe (en aquel momento en la Congregación obviamente no había prefecto: Mons. Levada sería nombrado pocos días después). El nuevo Papa examinó las decisiones tomadas por Juan Pablo II en lo concerniente al tema de los abusos sexuales. Y el neo Pontífice dijo: ‘Las confirmo’. Él mismo había pedido a JPII darles prioridad ya en el año 2003.”

Ésta, prosigue Mons. Scicluna, “fue una de las primeras decisiones tomadas por Ratzinger como Pontífice”. Benedicto XVI recibió al cardenal Levada y juntos verificaron los casos mas graves que le fueron presentados. El Papa “examinó con atención casos muy, muy graves de abusos sexuales”. “Sabemos bien cuánto esté determinado a establecer un ejemplo muy claro y unas pautas muy altas en este campo. Quien dudase de sus intenciones, debería leer su Carta a los católicos en Irlanda. Es una carta muy bella, es una carta escrita por un Papa a una comunidad católica en un país noble, de grandes tradiciones cristianas, herido por los pecados de algunos de sus sacerdotes. El Papa habla con el corazón. Se dirige a las víctimas, pero también a los culpables, y a los pecadores les dice: ‘Debes admitir, con humildad, tu pecado y con gran humildad debes someterte a las consecuencias y debes arrepentirte; debes pedir perdón y debes pedir la gracia de poder conducir una vida de oración y penitencia por aquello que has hecho’”.

Para Mons. Scicluna, aquello que hace más grave los abusos sexuales por parte de sacerdotes “es el hecho que se trata de una doble traición. “Porque un joven se confía de la persona que abusará de él: el primer paso, en el abuso sexual, es destruir esta confianza. La relación de confianza entre quien comete el abuso y su victima… Y si además quien perpetra el abuso es un sacerdote, no habrá sido violada sólo la confianza ‘humana’: de hecho, habrá sido violada la confianza ‘sacra’… El sacerdote es ordenado para ser un ícono, una imagen, la imagen viviente de Jesucristo. Es una tragedia inmensa para el individuo, para la victima, para la Iglesia”.

Mas adelante en la entrevista el promotor de justicia del dicasterio vaticano subraya el compromiso de la Santa Sede para afrontar esta plaga, en el respeto de los procedimientos queridos por Juan Pablo II y Benedicto XVI: “Las personas piden justicia y tienen derecho a pedir justicia dentro determinados limites de tiempo, pero se espera que también sean respetados los derechos de los individuos. Ahora bien, respetar los derechos de sacerdotes culpables no significa olvidarse de las víctimas, sino que la justicia debe seguir el curso de la ley, y nosotros actuamos tras la huellas de las iniciativas del cardenal Ratzinger, ahora Benedicto XVI”.








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