2010-08-20 13:57:06

San Bernardo de Claraval: “último de los padres de la Iglesia”


Viernes, 20 ago (RV).- El pasado 21 de octubre Benedicto XVI presentó en su catequesis de la audiencia general, la figura de san Bernardo de Claraval. Precisamente hoy se celebra la fiesta litúrgica de este santo conocido como el “último de los padres de la iglesia” ya que renovó e hizo presente la gran teología de los padres. Nació en el 1090 en Fontaines perteneciendo a una familia numerosa y discretamente acomodada. Siendo joven se entrego al estudio de las artes liberales en la escuela de los canónigos de la iglesia de Saint-Vorles donde meditó lentamente la decisión de entrar a formar parte de la vida religiosa.

Una vez tomada la decisión y a la edad de 20 años, entró en el cister, el cual se caracterizaba por su agilidad y dinamismo respecto a los antiguos y venerables monasterios de la época. Posteriormente fue enviado a fundar el monasterio de Claraval y allí fue donde aplicó su concepción de la vida monástica caracterizada por una vida sobria y moderada con especial dedicación a los pobres.

Tras este periodo, san Bernardo comenzó una serie de acciones que conllevaban el envío de multitud de correspondencia a diferentes personas sin importar su estatus social. A estas cartas hay que sumar su innumerable cantidad de sermones, sentencias y tratados. Pronto empezó a demostrar su valía haciéndose cargo de muchos y graves asuntos de la Santa Sede y de la Iglesia. Otra de sus importantes decisiones fue la creación de monasterios femeninos.

Sus escritos fueron dirigidos contra Abelardo, siendo éste un gran pensador que eligió un nuevo modelo de teología, introduciendo el método dialéctico-filosófico en la construcción del pensamiento. Otra importante lucha de san Bernardo tuvo como protagonista la herejía de los cátaros, los cuales despreciaban la materia y el cuerpo, en consecuencia al Creador.

Hay que destacar de esta época su famoso libro Sermones sobre el Cantar de los Cantares. En los últimos años de su vida san Bernardo se dedicó a revisar la importante cantidad de cartas, sermones y tratados. Especial atención merece el texto “De Consideratione” el cual escribió al Papa Eugenio III en calidad de Padre Espiritual ya que este último había sido previamente alumno suyo.

La condición especial de este texto viene dada por la aplicación al papado en cualquier época histórica y queda como frase celebre su conclusión final en la que dice: “Debería proseguir la búsqueda de este Dios, al que no se busca suficientemente, pero quizá se puede buscar mejor y encontrar mas fácilmente con la oración que con la discusión”.







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