Reflexiones del padre Federico Lombardi sobre el próximo viaje del Pontífice al Reino
Unido
Jueves, 19 ago (RV).- Como informamos, ayer la Oficina de Prensa de la Santa Sede
presentó el programa oficial de la visita que Benedicto XVI realizará al Reino Unido:
un nutrido plan de actividades que se desarrollarán entre el 16 y el 19 de septiembre,
y que tienen como motivo principal la beatificación del Cardenal John Henry Newman.
Sobre el próximo viaje del Pontífice, nuestros colegas de la sección italiana
entrevistaron al padre Federico Lombardi, quien comenta el programa del mismo:
El programa
es muy variado, intenso, articulado. Ciertamente se espera con gran intensidad y emoción
el primer día, que prevé el encuentro del Papa con Su Majestad, la Reina. Y también
el día del encuentro con Escocia, que es una parte muy importante de este viaje. Quisiera
recordar, además que el día en el que el Papa estará en Escocia es la fiesta de Santo
Ninian, que es el patrono, el evangelizador de Escocia. Es por lo tanto una fecha
muy importante para los escoceses. Pensamos que será una gran fiesta, un momento muy
bello. Luego, quisiera señalar el gran discurso del Papa en la Westminster Hall, el
encuentro con la sociedad, con el mundo de la cultura, con todos los miembros más
activos y autorizados de la sociedad inglesa. Este ciertamente será un momento observado
con gran atención. El Papa se dirigirá, con un horizonte extremadamente amplio, a
los problemas de la sociedad del Reino Unido en el mundo de hoy. También la dimensión
ecuménica, o sea el encuentro con el Primado anglicano, el arzobispo de Canterbury:
la celebración ecuménica tiene ciertamente un gran significado. Sabemos que este es
un momento delicado para el anglicanismo, debido a los debates internos. Y es un momento
delicado también para las relaciones con la Iglesia católica, porque los debates internos
se reflejan también en la relación entre anglicanos y católicos. Luego esta evidentemente,
el momento conclusivo que se lleva a cabo en dos fases: la vigilia en Hyde Park, en
Londres, y la beatificación en Birmingham dedicadas a la figura de Newman. Con esta
gran figura, que es un poco como el corazón espiritual de esta visita, concluye el
viaje. Sabemos que el Papa ha acogido la invitación para este viaje justamente en
ocasión de la Beatificación de Newman.
En los últimos días se hablado de los
“boletos” para participar en algunos eventos de la visita, como por ejemplo la vigilia
en Hyde Park. El coordinador del viaje, mons. Summersgill, ha explicado que en realidad
se trata de una contribución voluntaria de los fieles… El director de la Oficina
de Prensa de la Santa Sede vuelve a tocar este tema:
Sí, creo que
sea justo volver hablar un poco de esto, si bien por si mismo es un aspecto marginal
con respecto a la importancia y a los temas centrales de este viaje. Se han leído
y escuchado objeciones absolutamente infundadas. He escuchado hablar del Vaticano
que exigía pagar la entrada para ir a la Misa, o sea involucrando también la responsabilidad
del Vaticano en decisiones de carácter organizativo muy especificas. Esto es absolutamente
equivocado. Debemos recordar que el Papa va a un país al cual ha sido invitado, e
invitado por las más altas autoridades del Estado – por la Reina y el gobierno – y
es un invitado de la Iglesia local. Por lo tanto, los costes, los empeños organizativos
de la visita son naturalmente de quien invita. No es el Papa que se auto-organiza
un viaje a Inglaterra. Entonces, primera cosa: el Vaticano no ha establecido nada
de esto. Se trata de modalidades organizativas afrontadas en el lugar por la Iglesia
local, pero teniendo en cuenta los vínculos de tipo organizativo impuestos por las
autoridades civiles. Por ejemplo, en este caso se da la situación extraordinaria que
las personas no puedan ir libremente a pie al lugar de los tres principales eventos
públicos: deberán asistir con medios de trasporte organizados y es necesario que todos
los lugares sean asignados con un número absolutamente preciso. Esta no es la manera
habitual con la que la gente va a participar a los grandes eventos durante los viajes
del Papa. Esto es tenido en cuenta ya que es impuesto por las exigencias de seguridad
de las autoridades civiles. Por su parte las autoridades eclesiásticas han tenido
que organizar los grupos de fieles para que puedan movilizarse con los medios de transporte
adecuados, han dado un “pass”, una especie de pasaporte especifico a cada participante,
entregado junto a un pequeño “kit” de servicio – pastoral y logístico. Por todo esto
se ha pedido una “contribución” a cada grupo que se organiza para participar. En que
modalidad esta contribución sea distribuida entre las personas que participan, depende
de la parroquia o de la diócesis que ha organizado los grupos. Por lo tanto no se
trata de un boleto pagado individualmente para ir a la Misa. Creo que si se tiene
presente esta situación, se entiende mejor la interrogativa. También por lo que concierne
– por ejemplo – el acceso de los medios de comunicación, de los periodistas existen
vínculos, indicaciones que son particularmente especiales, mucho más que en otros
viajes. Esto no depende del Vaticano y tampoco de la Iglesia local.
A casi
30 años de la histórica visita de Juan Pablo II a Gran Bretaña, nuestro director general
expresa las expectativas del próximo viaje de Benedicto XVI:
La situación
es muy diversa desde el punto de vista del desarrollo, también social y cultural,
por que muchas cosas han cambiado, en estos años. También es diversa la impostación
de la visita, que tiene el aspecto de visita de Estado con invitación oficial por
parte de la Reina y del gobierno, mientras que aquella de Juan Pablo II era una visita
más específicamente pastoral. Diría que aquello que nos espera, que se puede verdaderamente
desear de esta visita es el hecho de presentar el servicio de la fe cristiana y el
servicio de la Iglesia católica en una sociedad muy desarrollada pero también muy
secularizada, come aquella del Reino Unido. Una realidad donde tal vez muchas personas
se interrogan sobre el valor del testimonio cristiano y el testimonio católico en
la sociedad. O sea, hacer comprender que este es un don para la sociedad, una riqueza
que es ofrecida como un servicio de inspiración espiritual pero también de compromiso
en el campo educativo, de la salud, de la caridad. Esperamos que el viaje del Papa
ayude a coger este positivismo amigo de la Iglesia católica y de la fe cristiana,
en una sociedad que por muchos aspectos no es más consiente de él. Quisiera también
decir que los viajes de este año del Santo Padre – Malta, Portugal y Chipre – han
sido viajes muy positivos. Deseamos que también este viaje sea verdaderamente una
manifestación de la belleza, de lo positivo del servicio del Santo Padre en la sociedad,
más aun en tiempos en que hemos tenido momentos de contestación. El deseo es el de
poder representar con eficacia el lado positivo, fundamental que la Iglesia da a una
sociedad de hoy, una sociedad moderna, plural, digamos también secularizada, que no
olvide sino que mas bien sepa apreciar de manera nueva la contribución positiva que
ofrece la fe.