Jornada de Responsabilidad en el Tráfico: “Caminos de seguridad y de esperanza”
Jueves, 8 jul (RV).- “Caminos de seguridad
y de esperanza. La persona centro de la seguridad vial” ha sido el argumento elegido
por la Conferencia Episcopal española para celebrar el primer domingo de julio –el
pasado día 4-, la Jornada de Responsabilidad en el tráfico. En el programa de hoy
queremos analizar este mensaje en previsión de las vacaciones que muchas familias
empiezan a emprender estos días, recordando la importancia de ser responsables cuando
estamos detrás del volante.
Los obispos de la Comisión Episcopal de
Migraciones de la CEE han querido invitar a través de su mensaje para esta jornada
a fijar la atención en el significado y la importancia de la conducción, que se ha
convertido en un hecho habitual en nuestra vida cotidiana. El lema “Caminos de esperanza
y de seguridad”, coincide además con la celebración del Año Santo Compostelano, en
que tantos peregrinos recorrerán una parte del célebre Camino de Santiago.
En
este sentido los obispos españoles recuerdan que la peregrinación a Santiago es una
expresión de la vida como viaje y como camino, del mismo modo que lo son los desplazamientos
de un lugar a otro tan frecuentes y tan propios de la vida moderna. “Así como las
peregrinaciones están presentes en la práctica totalidad de las tradiciones religiosas
de la humanidad manifestando la presencia de lo sagrado en el mundo –se lee en el
mensaje para esta jornada- también nuestros desplazamientos diarios suponen no sólo
un desplazamiento físico de un lugar a otro, sino que conlleva una dimensión espiritual,
porque el viaje relaciona a las personas, contribuyendo a la realización del designio
de amor de Dios”.
Los expertos en seguridad vial pronostican que, en
el 2015, los accidentes de tráfico podrían convertirse en la principal causa de discapacidad
entre niños y jóvenes de todo el mundo. Del más de un millón de personas que anualmente
pierden la vida en accidentes de tráfico en el mundo, casi la tercera parte son jóvenes
menores de 25 años. Por lo que se refiere a la realidad española, ateniéndonos a las
cifras que periódicamente ofrece la Dirección General de Tráfico, en el pasado año
2009 se produjeron en las carreteras españolas un total de 1.695 accidentes mortales,
en los que 1.929 personas perdieron la vida. Hay que tener en cuenta que en una sola
década el número total de accidentes y de víctimas mortales ha descendido notablemente,
ya que en el año 2000 estas cifras eran de 3.678 y 4.295, lo que significa una reducción
del 51,9% y 55,7%, respectivamente.
En este sentido los obispos españoles
solicitan seguir redoblando los esfuerzos, por parte de todas las instancias públicas
y privadas, para seguir reduciendo dichas cifras hasta donde sea posible. “Salvar
una sola vida humana bien merece la pena”, escriben, recordando que para que la esperanza
de llegar al destino no quede frustrada, “es necesario, por una parte, poner en juego
cuanto esté de nuestra parte en pro de la seguridad de las personas que viajan en
nuestro vehículo y en los de los demás”. Y por otro lado, “no podemos olvidar la naturaleza
de la propia virtud de la esperanza en relación con la conducción”. Porque todo el
que comienza un viaje, sale siempre con una esperanza, la de llegar seguro al destino.
“Para los creyentes –evidencian los obispos de la CEE- la razón de esa esperanza,
incluso teniendo en cuenta los problemas y los peligros de la carretera, se funda
en la certeza de que, en el viaje hacia una meta, Dios camina con el hombre y lo preserva
de los peligros. En virtud de esta compañía de Dios y gracias a la colaboración del
hombre, el viajero llegará a su destino”.
Por todo ello, la Jornada
de Responsabilidad en el Tráfico debe ayudarnos a ser sensibles a este designio de
Dios para poderlo llevar a cabo no sólo en esta época de verano sino en cada uno de
los días del año.