Ángelus: el Papa recuerda hoy a los apóstoles Pedro y Pablo, patronos de Roma y cimientos
de la Iglesia, y a los 38 arzobispos que han recibido el Palio
Martes, 29 jun (RV).- Al terminar la Santa Misa, en sus palabras antes del Ángelus,
Benedicto XVI ha reiterado que la Iglesia en Roma festeja hoy sus santas raíces, celebrando
a los apóstoles Pedro y Pablo, cuyas reliquias están custodiadas en las dos basílicas,
que se les ha dedicado y que adornan a esta ciudad, tan querida para los cristianos
que residen en ella y para los peregrinos.
Poniendo de relieve las figuras
de estos patronos de Roma, el Santo Padre ha evocado a Pedro - humilde pescador de
Galilea, roca de fe y de amor, sobre la cual Jesús edificó su Iglesia – y a Pablo
- cuyo bimilenario de nacimiento acabamos de celebrar - y aquel que con la Gracia
divina difundió el Evangelio, sembrando la Palabra de verdad y de salvación entre
los pueblos paganos. Ambos, aún habiendo recibido de Dios carismas y misiones distintas
son cimiento de la Iglesia una, santa, católica y apostólica.
Reiterando que
el Palio que ha entregado a treinta y ocho arzobispos metropolitanos, durante la Santa
Misa de esta mañana, simboliza tanto la comunión con el Obispo de Roma, como la misión
de apacentar con amor a la única grey de Cristo, el Papa ha invitado a rezar para
que la Iglesia peregrina en la tierra sea cada vez más fiel a su Señor.
Después
del rezo mariano y del responso por los difuntos, Benedicto XVI ha saludado en diversas
lenguas, en especial a los arzobispos metropolitanos provenientes de varias partes
del mundo y a los numerosos peregrinos que los acompañaban. Entre estos arzobispos,
tres son de España. El de Sevilla, Mons. Juan José Asenjo Pelegrina; el de Oviedo,
Mons. Jesús Sanz Montes, y el Valladolid, Mons. Ricardo Blázquez Pérez. Dos de México,
dos de Colombia y uno respectivamente de Ecuador y de Panamá. Éste era el saludo
del Santo Padre en nuestra lengua: Saludo
con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los arzobispos metropolitanos
que acaban de recibir el palio, como signo de unidad con el Sumo Pontífice; a sus
familiares, así como a los sacerdotes, religiosos y fieles diocesanos que les acompañan.
En este día, celebramos el martirio de los apóstoles san Pedro y san Pablo, que en
esta ciudad de Roma dieron su máximo testimonio de amor a Cristo. Os invito a todos,
queridos hermanos, a seguir su ejemplo para que, cada vez más unidos al Señor, sepáis
dar en vuestra vida abundantes frutos de santidad y apostolado. Que Dios os bendiga.