Ángelus: Benedicto XVI destaca que quienes responden a la llamada de Cristo, a pesar
de las grandes renuncias que realizan en sus vidas, entran en una nueva dimensión
de la libertad
Domingo, 27 jun (RV).- Benedicto XVI ha dedicado hoy su alocución antes del Ángelus
a quienes responden a la llamada de Cristo, que a pesar de las grandes renuncias que
realizan en sus vidas, entran en una nueva dimensión de la libertad que consiste en
estar al servicio los unos de los otros. “Libertad y amor coinciden –ha subrayado
el Pontífice- al contrario que cuando se obedece al propio egoísmo te conduce a la
rivalidad y a los conflictos”.
Las lecturas bíblicas de la Santa Misa de este
domingo han dado la oportunidad al Papa para retomar el tema de la llamada de Cristo
y sus exigencias. Un tema en el que ya había insistido el Santo Padre hace una semana
con ocasión de las ordenaciones de los nuevos presbíteros de la diócesis de Roma.
“Quien tiene la suerte de conocer a un joven que deja a su familia de origen, los
estudios o el trabajo para consagrarse a Dios, sabe bien de qué se trata, porque tiene
ante sí un ejemplo viviente de respuesta radical a la vocación divina. Esta es una
de las experiencias más bellas que se experimentan en la Iglesia: ver, palpar la acción
del Señor en la vida de las personas; percibir que Dios no es una entidad abstracta,
sino algo tan grande y fuerte que satura el corazón del hombre, una Persona viviente
y cercana, que nos ama y quiere ser amada”.
Benedicto XVI ha recordado varios
episodios evangélicos donde Jesús advierte a quienes quieren seguirlo que no tendrán
una morada fija, ni pueden volverse atrás, además de un corte radical con los nexos
familiares. “Unas exigencias que pueden parecer demasiado duras – ha dicho el Papa-
pero que en realidad expresan la novedad y la prioridad absoluta del Reino de Dios
que se hace presente en la persona misma de Jesucristo”.
Como ha explicado
el Santo Padre “se trata de esa radicalidad debida al Amor de Dios, al que Jesús mismo,
en primer lugar, obedece. Quien renuncia a todo, incluido a sí mismo, para seguir
a Jesús, entra en una nueva dimensión de la libertad que consiste en estar al servicio
los unos de los otros. Libertad y amor coinciden. Por el contrario, obedecer al propio
egoísmo sólo conduce a rivalidad y conflictos”.
Después del rezo mariano del
Ángelus, el Papa ha recordado que esta mañana en Líbano ha sido proclamado beato Estéphan
Nehmé, religioso de la Orden Libanesa Maronita, que vivió en Líbano entre finales
del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. “Me alegro de todo corazón, con los
hermanos y hermanas libanesas -ha dicho el Santo Padre- a quienes confío con gran
afecto a la protección del nuevo beato.
“Nosotros estamos llamados a seguir
a Jesucristo porque estamos bautizados. Estamos invitados, pues, a orientar nuestros
recursos humanos y espirituales hacia Dios, buscando vivir bajo la dirección de su
Espíritu. Que la Virgen nos ayude a arraigar todavía más nuestra existencia a Dios,
manantial de la verdadera felicidad y de la alegría perfecta. Buen domingo y buena
peregrinación a todos”.
Asimismo, Benedicto XVI ha recordado también, que
en este domingo que precede a la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, se celebra
en Italia y también en otros países, la Jornada de la Caridad del Papa. “Expreso mi
más viva gratitud -ha dicho- a cuantos, con la oración y las ofrendas, sostienen la
acción apostólica y caritativa del Sucesor de Pedro en favor de la Iglesia Universal
y de tantos hermanos cercanos y alejados.
Luego el Pontífice ha saludado también
en otros idiomas. Este ha sido el mensaje en español que ha dirigido a los fieles
y peregrinos de nuestra lengua presentes en la plaza de san Pedro.
Saludo con afecto
a los peregrinos de lengua española, presentes en esta oración mariana, y a todos
los que se unen a ella a través de la radio o la televisión. En el evangelio proclamado
este domingo, se nos muestra un verdadero programa de vida cristiana y Jesús mismo
nos invita a un seguimiento más radical de su Persona, basado en el amor y el servicio.
De la mano de la Santísima Virgen María, supliquemos la gracia de entender cada día
más esta paradoja evangélica: que sólo el que pierde la vida por Cristo, la gana realmente.
Muchas gracias y feliz domingo. Saludando a los fieles polacos, el Papa les
ha deseado unas felices vacaciones. Unos días de descanso para que puedan disfrutar
de verdaderos encuentros con la naturaleza junto con los amigos. “Encuentros que
lleven a frutos de creatividad humana y que sean una ocasión no sólo para recuperar
fuerzas físicas y desarrollar las intelectuales, sino de intenso contacto con Dios,
para reforzar la fe”.