Sábado, 26 jun (RV).- ‘Roma: historia y fe’. Es el título del editorial del director
de la Oficina de prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi para el informativo
semanal Octava Dies, del Centro Televisivo Vaticano, dedicado a los santos Apóstoles,
Pedro y Pablo, patronos de Roma.
La fiesta de los Santos Pedro y Pablo es la
más “romana” de la fiestas. Efectivamente, Roma es lo que es para la Iglesia universal,
precisamente, porque es el lugar del martirio y de las tumbas de los dos grandes apóstoles.
En esta fiesta vienen a Roma los nuevos arzobispos, nombrados durante el año, para
recibir de las manos del Papa el “palio”, que llevarán sobre las espaldas en las celebraciones
litúrgicas, como símbolo de su unión con él en la guía de sus Iglesias y en el cuidado
por la comunión de la Iglesia universal. Los palios se conservan en la hornacina más
cercana a la tumba de Pedro, bajo el altar central de la Basílica, perpendicular al
vértice de la gran cúpula, que indica precisamente el corazón de la comunión de la
Iglesia.
En esta fiesta, viene a Roma también, una delegación del Patriarca
ecuménico de Constantinopla, para manifestar la fraternidad entre las Iglesias ortodoxas
y la católica, con la esperanza de una comunión más plena.
Hacia Roma mira
pues, desde hace dos mil años, quien reza, espera y trabaja por la unidad de la comunidad
de los creyentes en Cristo. A Roma viene el peregrino para encontrar los testimonios
de esta historia de vicisitudes y de pasiones por la unidad. Nos acompaña en el camino,
la mirada de los apóstoles, aquí venerados y presentes desde los tiempos más antiguos
- como testimonian también los recientes descubrimientos de las catacumbas de Santa
Tecla –. La fuerte fe del Sucesor de Pedro, su lectura de los acontecimientos guiada
por el Espíritu, permanece como punto de referencia seguro para quien quiere seguir
a Jesucristo, junto a otros creyentes, en el acontecer concreto de nuestra historia.