Audiencia general: Benedicto XVI advierte que negando la ley natural se abre el camino
al relativismo ético y al totalitarismo
Miércoles, 16 jun (RV).- De nuevo en la Audiencia General de esta mañana en la plaza
de San Pedro, el Papa ha proseguido hablando de los grandes teólogos del periodo medieval.
Y ha vuelto a centrar por segunda vez su catequesis en el gran santo teólogo, Santo
Tomás de Aquino, llamado Doctor Angelicus, por sus virtudes, su pensamiento sublime
y la pureza de la vida que llevó. Para este eminente teólogo, “la verdad - ha dicho
el Papa - es accesible a la razón humana”. Igual que la fe, la razón deriva del único
manantial de toda verdad: el Logos divino. Pero mientras la razón acoge una verdad
en razón de su evidencia intrínseca, la fe acepta la verdad sobre la base de la autoridad
de la Palabra de Dios.
La razón puede ofrecer un triple servicio a la fe: demostrar
sus fundamentos; explicar sus verdades, y rechazar las objeciones contra ella. Santo
Tomás afirma que el lenguaje religioso tiene un sentido como la flecha que se dirige
hacia la realidad notificada. Por otra parte, la gracia divina no anula, sino que
supone y perfecciona la naturaleza humana, mostrando así la armonía entre razón y
fe. Basada en la ley del Espíritu Santo, la teología moral de Tomás de Aquino es muy
actual” ha subrayado el Santo Padre.
Luego, en otro momento, el Pontífice ha
afirmado que “urge para el desarrollo de una sana democracia redescubrir la existencia
de verdades naturales, que ningún individuo, que ninguna mayoría y ningún Estado nunca
podrán negar o destruir sino promover y reconocer”. Benedicto XVI ha señalado al
respecto que la doctrina para el reconocimiento de la inviolabilidad de los derechos
de la persona ha sido elaborada en ambientes que han heredado la visión de Santo Tomás.
Todos los hombres están llamados a reconocer las exigencias de la naturaleza
humana inscritas en la ley natural y a inspirarse en ella para formular leyes positivas
que rijan la vida en la sociedad. Si se niega la ley natural se abre el camino al
relativismo ético y al totalitarismo. La profundidad del pensamiento de Santo Tomas
proviene de su fe viva. Podemos rezar nosotros como hacía él, ha dicho el Papa: “Dame,
Señor mi Dios, una voluntad que te busque, una sabiduría que te encuentre, una vida
que te agrade, una perseverancia que te espere con confianza, y una confianza que
finalmente llegue a poseerte”.
Este ha sido el resumen que de su catequesis
ha hecho en español Benedicto XVI para los fieles de nuestra lengua presentes en la
Plaza de San Pedro:
Queridos hermanos
y hermanas: Hoy quisiera continuar con la presentación de santo
Tomás de Aquino, un teólogo de tanta valía, que el estudio de sus escritos fue recomendado
especialmente por el Concilio Vaticano II. Ya antes, el Papa León Trece, gran promotor
del tomismo, lo declaró patrón de las escuelas y universidades católicas. Su doctrina
destaca no sólo por el contenido, sino también por la metodología que emplea. Se trata
del esfuerzo por discernir la inteligibilidad y coherencia de las verdades de la fe
cristiana con el auxilio de la razón humana, iluminada siempre por la fe. La profundidad
del pensamiento de Tomás de Aquino brota de su fe viva y de su piedad ferviente, que
expresó en plegarias elocuentes, como aquella en la que pide a Dios: “Concédeme, te
ruego, una voluntad que te busque, una sabiduría que te encuentre, una vida que te
agrade, una perseverancia que te aguarde con confianza y una confianza que al final
logre poseerte”. Saludo con afecto a los grupos de lengua española,
en particular a los peregrinos de la Arquidiócesis de Bogotá, así como a los venidos
de España, Nicaragua, Costa Rica, México y otros países latinoamericanos. Os invito
a pedir a Dios por los que cultivan las ciencias sagradas para que, tras las huellas
de Santo Tomás de Aquino, las estudien con constancia y las enseñen con fidelidad,
imitando también el ejemplo de su vida santa. Muchas gracias.
Al saludar
en diversas lenguas, dirigiéndose a los peregrinos polacos, el Obispo de Roma les
ha recordado que mañana se venera la memoria de San Alberto Chmielowski. “Recordando
su entrega a los pobres, a los sin techo, a los enfermos incurables – ha dicho textualmente
- abramos como él nuestros corazones a las necesidades de nuestros hermanos más necesitados.
Aprendamos de él ‘a ser buenos como el pan’. Imitémoslo en el tender a la santidad”.
Hablando en eslovaco, el Pontífice ha saludado de modo particular a los peregrinos
procedentes de la parroquia de Veľký Lapáš y de la Escuela František Hanák de los
Padres Escolapios de Prievidza. A todos ellos, les ha recordado, que en este período
se realizan en Eslovaquia diversas ordenaciones sacerdotales. Por esta razón, les
ha invitado a dar gracias al Señor por este don de nuevos sacerdotes, y a orar por
ellos para que sean ministros según el Corazón de Jesús, mientras ha bendecido de
corazón a los presentes y a los nuevos presbíteros.
Hablando en croata el
Papa ha saludado de modo especial a los peregrinos procedentes de la parroquia de
San Miguel de Drinovci en Bosnia Herzegovina. Y les ha pedido que alimentados por
los misterios de la fe cerca de las tumbas de los apóstoles, buscad lo que viene del
Espíritu de Dios para que vuestro tiempo, en la fatiga y en el descanso, esté siempre
orientado a la gloria de Dios.
Por último, al saludar a los grupos de peregrinos
italianos, el Santo Padre ha saludado a los sacerdotes recién ordenados de la diócesis
de Brescia, a quienes les ha asegurado su oración a fin de que su ministerio sea fecundo
de frutos preciosos.
También ha saludado, entre otros, al grupo de los Frailes
Menores Conventuales procedentes de África que viajaron a Roma para participar en
el Curso de Formación Permanente. Y les ha deseo que el ejemplo del Pobrecillo de
Asís los conduzca a conformarse cada vez más a Cristo Señor.
Dirigiéndose,
como es costumbre, sus saludos finales a los jóvenes, enfermos y recién casados que
esta mañana han participado en la audiencia general, el Papa ha pedido a los jóvenes
que tomen siempre de Cristo, presente en la Eucaristía el alimento espiritual necesario
para avanzar en el camino de la santidad. A los queridos enfermos les ha deseado que
Cristo sea su apoyo y consuelo en la prueba y el sufrimiento; mientras a los recién
casados les ha manifestado su deseo de que el sacramento que los ha enraizado en Cristo
sea la fuente que alimente su amor cotidiano.