2010-06-03 16:47:53

Santa Sede/ONU: ataque israelí a flota internacional y necesidad de combatir las inversiones especuladoras


Jueves, 3 jun (RV).- El observador de la Santa Sede ante la ONU participó en la XIV sesión del Consejo de Derechos Humanos reunido en Ginebra, que ha abordado estos días el tema del endeudamiento de los países y, en reunión urgente, el ataque israelí a la flotilla internacional que se dirigía a Gaza. El arzobispo Silvano Tomasi lamentó en primer lugar la inestable situación en Oriente Medio, fuente siempre de trágicos acontecimientos.



“Las últimas pérdidas de vida causadas por el uso de la fuerza en el ataque israelí en aguas internacionales contra la flotilla humanitaria de barcos que se dirigían hacia la Franja de Gaza, dijo el observador, desafortunadamente añade otro eslabón a la larga cadena de conflictos y confrontación, que sólo produce sufrimiento y tensión a la población palestina y a la israelí”.



El arzobispo manifestó su solidaridad y condolencias a los familiares de las víctimas, y su esperanza de que las recientes y pasadas pérdidas de vida consigan hacer comprender que la violencia no permite alcanzar la paz, sino el diálogo. Pero para hacer posible y efectivo el diálogo, Mons. Tomasi, subrayó la necesidad de una investigación transparente e imparcial de este último incidente, basada en las leyes internacionales y el derecho humanitario.



El arzobispo se mostró convencido de que la solución del conflicto israelo-palestino se encuentra en la negociación, en el reconocimiento de ambos Estados, con Israel y un Estado palestino independiente viviendo juntos en paz y seguridad.



En cuanto a la intervención del observador permanente en la sesión sobre derechos humanos y deuda exterior, Mons, Tomasi resaltó ante todo la necesidad de combatir las inversiones especuladoras. “La fuerte contracción de la economía mundial que comenzó en el segundo semestre de 2008 y se aceleró en el primer trimestre de 2009 no parece estar disminuyendo, denunció el arzobispo. La situación económica sigue siendo frágil y las perspectivas siguen siendo inciertas en todas las regiones del mundo”.



En este sentido, el observador permanente de la Santa Sede afirmó que “la economía no está por encima de los derechos humanos, sino que está al servicio del ser humano y del bien común”. De mismo modo el arzobispo criticó el sistema de endeudamiento internacional que ha permitido a personas sin escrúpulos adquirir esa deuda a precios muy reducidos y luego solicitar su reembolso a través del litigio, la incautación de bienes o de presión política.



“El objetivo de estas actividades es obtener un alto rendimiento a precios de ganga sin importar las consecuencias éticas de tales acciones”. Mons. Tomasi sugirió que la deuda de los países en desarrollo debían ser colocados el contexto más amplio de los derechos económicos, políticos, humanos, que afecta tanto a las relaciones tecnológicas como a la colaboración internacional en la consecución de los objetivos del bien común.



Esta interdependencia requiere un concepto nuevo y más amplio de la solidaridad que respeten la igual dignidad de todos los pueblos, porque la solidaridad implica el conocimiento y aceptación de la corresponsabilidad de las causas y soluciones en relación a la deuda internacional. Por último el arzobispo sugirió la creación de algún tipo de control por parte del Estado y medidas preventivas en el mercado financiero para impedir la aparición de estrategias de manipulación que siempre dañan los países pobres muy endeudados.








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