Regina Caeli: “el verdadero enemigo que hay que temer y combatir es el pecado, el
mal espiritual que por desgracia a veces contagia también a los miembros de la Iglesia”
Domingo, 16 may (RV).- Este domingo se celebra la fiesta de la Ascensión del Señor,
y la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Benedicto XVI ha recordado ambas
conmemoraciones durante su alocución previa al rezo mariano del Regina Caeli ante
miles de peregrinos que este mediodía se han congregado en la plaza de san Pedro del
Vaticano. Explicando la Ascensión del Señor, el Santo Padre ha recordado que este
evento estuvo precedido por la bendición de los discípulos, en preparación a recibir
el don del Espíritu Santo. “El Señor dirigió la mirada de los Apóstoles hacia el cielo
para indicarles –ha explicado el Papa- cómo recorrer el camino del bien en la vida
terrena”.
Porque Él permanece en la historia humana, cerca de cada uno de
nosotros para guiarnos: es compañero de los perseguidos por causa de la fe, está en
el corazón de los marginados, y está presente en quien se le niega el derecho a la
vida. Podemos escuchar, ver y tocar al Señor Jesús en la Iglesia especialmente mediante
la palabra y los sacramentos. “A tal propósito exhorto
a los jóvenes -que en este tiempo pascual reciben el sacramento de la Confirmación-,
a permanecer fieles a la palabra de Dios y a su doctrina, así como a acercarse con
frecuencia a la Confesión y a la Eucaristía, conscientes de haber sido elegidos para
testimoniar la verdad. Renuevo asimismo mi invitación particular a los hermanos en
el sacerdocio, para que ‘en su vida y acción sobresalgan por su fuerte testimonio
evangélico’ y sepan también utilizar con sabiduría los medios de comunicación, para
dar a conocer la vida de la Iglesia y ayudar a los hombres de hoy a descubrir el rostro
de Cristo”.
Benedicto XVI ha finalizado su alocución agradeciendo a la Virgen
María su materna protección durante su viaje apostólico a Portugal. Y tras el rezo
del Regina Caeli y el responso por los fieles difuntos, el Papa se ha dirigido a las
miles de personas que se han reunido hoy en la plaza de San Pedro del Vaticano para
expresar su cercanía al Sucesor de Pedro. El Santo Padre ha agradecido de corazón
“esta hermosa y espontánea manifestación de fe y de solidaridad” presidida por el
cardenal Angelo Bagnasco, saludando también a los miles de inmigrantes, acompañados
por el cardenal Agostino Vallini, conectados con plaza de San Pedro desde la plaza
San Juan en ocasión de la Fiesta de los Pueblos.
“Queridos amigos, vosotros
mostráis hoy el gran afecto y la profunda cercanía de la Iglesia y del pueblo italiano
al Papa y a vuestros sacerdotes que cotidianamente cuidan de vosotros, para que en
el compromiso de renovación espiritual y moral podamos servir siempre mejor a la Iglesia,
al Pueblo de Dios, y a cuantos se dirigen a nosotros con confianza. El verdadero enemigo
que hay que temer y combatir es el pecado, el mal espiritual, que a veces por desgracia,
contagia también a los miembros de la Iglesia”.
En este sentido Benedicto XVI
ha señalado que los cristianos no tienen miedo del mundo. “En cambio –ha dicho- tenemos
que temer al pecado, por eso tenemos que estar fuertemente enraizados en Dios, siendo
solidarios en el bien, en el amor, y en el servicio a los demás”. “Prosigamos juntos con
confianza este camino, y que las pruebas, que el Señor nos presenta, nos empujen hacia
una mayor radicalidad y coherencia. Es hermoso ver hoy esta multitud en plaza de San
Pedro, como también fue emocionante para mí ver en Fátima la inmensa multitud que,
en la escuela de María, ha rezado por la conversión de los corazones. Renuevo hoy
este llamamiento, confortado por vuestra numerosa presencia. ¡Gracias!”.
Tras
los prolongados aplausos que ha recibido el Papa como muestra de afecto de todos los
católicos en unión con el Sucesor de Pedro, el Pontífice ha saludado en diferentes
idiomas a todos los fieles y peregrinos. Éstas han sido sus palabras en español: “Saludo con afecto a
los peregrinos de lengua española, en particular a los fieles de la parroquia San
Luis Gonzaga, de Barcelona. Se celebra este domingo en muchos lugares la fiesta de
la Ascensión del Señor. Jesús resucitado vuelve al Padre, abriéndonos el camino a
la vida eterna y haciendo posible el don del Espíritu Santo. Como los apóstoles después
de la Ascensión, también nosotros nos recogemos en oración y, en unión espiritual
con la Virgen María, invocamos la efusión del Espíritu. Que su intercesión obtenga
para toda la Iglesia un renovado Pentecostés. Muchas gracias y feliz domingo”.