El arzobispo de Braga resalta el valor de la visita del Papa para iglesia y sociedad
de Portugal
Sábado, 8 may (RV).- Benedicto XVI está por emprender su visita apostólica a Portugal,
el próximo martes 11 de mayo. Un viaje, el décimo quinto internacional, donde el Papa
además de encontrarse con los fieles de una nación mayoritariamente católica y con
sólidas raíces cristianas, peregrina al santuario mariano de Nuestra Señora de Fátima,
justo en el día de su festividad, y cuando se cumplen 10 años de la visita de Juan
Pablo II, en el año 2000, en ocasión de la beatificación de los pastorcitos Jacinta
y Francisco.
Para comprender la importancia que ésta visita del Santo Padre
tiene para la iglesia y el pueblo portugués, nuestro colega Antonio Pinheiro conversó
con el presidente de la Conferencia Episcopal de Portugal, el arzobispo de Braga monseñor
Jorge Ferreira da Costa Ortiga quien en un primer momento nos indica cuáles son las
oportunidades que esta visita ofrece a al iglesia y a la sociedad lusitana.
“Pienso en la crisis
en acto, que es una crisis económico-financiera, pero que como todos reconocen tiene
raíces más profundas. Se ha descuidado la dimensión intrínseca del ser humano y, por
lo tanto, también de la sociedad, o sea, la relación con ciertos valores absolutos,
permanentes, que trascienden las fronteras, en nombre de un relativismo que cierra
el horizonte de la vida humana en el ámbito de valores exclusivamente materiales.
Este es el contexto en el que se desarrolla la visita del Papa a Portugal. Seguramente
traerá un mensaje en el que advertirá que si es necesario mirar al mundo y a las condiciones
materiales, hay otra dimensión de la vida humana que es urgente descubrir o redescubrir,
es decir, una vida radicada en algunos valores que indican un camino, valores que
son de la iglesia católica, pero que pertenecen ya al patrimonio de la humanidad”.
El
presidente del episcopado portugués también enfatizó de esta visita, el momento particular
de la presencia del Papa en Fátima, que para los portugueses es el “altar del mundo”,
en especial como púlpito para hablar a la iglesia europea. Vale destacar que Benedetto
XVI conoce bien el corazón y la dimensión del mensaje de Fátima, siendo un intérprete,
con su comentario teológico- del tercer secreto de Fátima. De allí la convicción de
Monseñor Ferreira sobre el nuevo vigor que dará a este mensaje la presencia del papa
Ratzinger en Fátima.
“Creo que Fátima
hoy se ha impuesto en todo el mundo y no sólo en el católico. La presencia del Papa
ofrecerá una buena oportunidad para que este mundo – que crea o no a la realidad de
Fátima- se haga más sensible a la experiencia espiritual de la cual el santuario es
depositario”.
Por último, el presidente del episcopado portugués habló
sobre la situación, los problemas y los desafíos de la iglesia en el país, especialmente
discutidos y analizados a la luz de la visita del Pontífice.
“Hemos participado
activamente en la preparación de la visita del Papa. Las indicaciones sobre nuestras
preocupaciones y nuestros compromisos se pueden encontrar en la selección de los encuentros
del Papa con las distintas realidades eclesiales y sociales portuguesas. Me refiero
en particular, al encuentro con el mundo de la cultura, en un sentido amplio, es decir,
en el sentido de personas que piensan y que son capaces de formular orientaciones
en los distintos sectores: políticos, económicos, artísticos. La Iglesia portuguesa
reconoce que es un campo en el que se debe estar más presente, para que nuestras respuestas
sean adecuadas a las preocupaciones de este mundo que parece, al menos en algunos
casos, crecer al margen de la Iglesia”.