El Papa reza por la reconciliación y alienta a los obispos y pueblos de Liberia, Gambia
y Sierra Leona para que abracen plenamente las enseñanzas de Cristo
Jueves, 29 abr (RV).- Esta mañana, Benedicto XVI ha transmitido a los amados pueblos
de Liberia, Gambia y Sierra Leona su profundo afecto y su aliento para que abracen
plenamente las enseñanzas de Cristo, en el anhelo de llevar una vida digna de su vocación.
En su discurso a los obispos de estos países africanos, que han concluido su visita
ad limina, el Papa ha destacado la misión episcopal que, a través de su enseñanza
del Señor conserva al pueblo del mal, la ignorancia y la superstición.
Pasando
revista a los desafíos pastorales de estos obispos africanos, en un entorno marcado
por el divorcio y la poligamia, el Papa - citando su encíclica Caritas in Veritate
(cf n. 28) - ha hecho hincapié en la importancia de la familia, el matrimonio, la
dignidad de la mujer en el contexto de los derechos humanos y de la tutela de la vida,
contra los ‘intentos de introducir una mentalidad antinatalista, disfrazada como forma
de progreso cultural’.
Sin olvidar la debida atención al discernimiento y preparación
de las vocaciones y a la formación permanente de los sacerdotes, al impulso de la
evangelización, en colaboración con los misioneros, religiosos y catequistas, Benedicto
XVI ha expresado su satisfacción por el aprecio que en Liberia, Gambia y Sierra Leona
se brinda «a la Iglesia, por su contribución al bien de la sociedad, especialmente
en la educación, el desarrollo y cuidado de la salud, que la misma Iglesia ofrece
a todos sin distinción». Agradeciendo, de manera especial, la ayuda que ofrecen a
los refugiados y los inmigrantes.
«La lucha contra la pobreza debe llevarse
a cabo con respeto a la dignidad de todos los interesados, alentándolos a ser protagonistas
de su propio desarrollo integral», ha recordado el Santo Padre ha destacado la necesidad
de la educación y de impulsar también la lucha contra la corrupción, llamando la atención
sobre la gravedad y la injusticia de tales pecados. En este sentido, es una importante
contribución al bien común la formación espiritual y moral de los laicos. a través
de cursos de especialización en doctrina social católica.
Con las palabras
de Jesús a los Apóstoles: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí,
yo también los envío a ustedes», (Jn 20,21) el Papa ha animado a estos obispos africanos
a perseverar en su misión:
«Os felicito por vuestra atención al gran don que
es la paz. Rezo para que el proceso de reconciliación en la justicia y la verdad,
que con razón apoyáis en la región, pueda producir el respeto duradero de todos los
derechos humanos que provienen de Dios y contrarrestar las tendencias a las represalias
y a la venganza. En vuestro servicio en favor de la paz os aliento a seguir promoviendo
el diálogo con otras religiones, especialmente con el Islam, con el fin de mantener
las buenas relaciones existentes y prevenir toda forma de intolerancia, de injusticia
y de opresión, en detrimento de la promoción de la confianza mutua. Trabajar juntos
en la defensa de la vida y en la lucha contra las enfermedades y la malnutrición ayudará
a generar una mayor comprensión, respeto y aceptación».
Culminando su discurso,
Benedicto XVI ha destacado una vez más el ejemplo que debe dar la Iglesia, promoviendo
el diálogo y la comunión. Pues «la Iglesia - como signo e instrumento de la única
familia de Dios - tiene que dar un testimonio claro del amor de Jesús, nuestro Señor
y Salvador, que se extiende más allá de las fronteras étnicas y abarca a todos los
hombres y mujeres».