Sábado, 24 abr (RV).- “Encuentro en Malta”, es el título del editorial semanal, “Octava
Dies” de nuestro director general padre Federico Lombardi, dedicado al viaje apostólico
que Su Santidad Benedicto XVI realizó el pasado fin de semana a la isla en la que
encalló la barca de San Pablo.
“Este año el primer viaje del Papa al extranjero
ha sido espléndido. Una vez más, las preocupaciones o temores de las vísperas se demostraron
injustificados. El ánimo cordial y la raíz católica del pueblo maltés han reservado
a Benedicto XVI una recepción marcada por una espontaneidad y calor inolvidables.
Ha sido un creciente continuo, hasta el acompañamiento festivo de la pequeña flota
de embarcaciones a través del puerto de la Valleta y el entusiasmo final de los jóvenes:
verdadero canto de vitalidad y esperanza. Paradójicamente,
el momento que los medios mundiales esperaban mayormente, y del que han más hablado,
es el único que se escapó de su mirada, porque se desarrolló en la discreción de la
oración y de la relación más personal: el encuentro con algunas víctimas de abusos
sexuales. Sin embargo, el modo en el que algunos participantes hablaron, marcó en
profundidad a numerosas personas: un gran peso había sido quitado de su corazón; el
alivio había iniciado, la confianza y la esperanza renacieron. El Papa -el miércoles
sucesivo- habló de “compartir el sufrimiento” y de su “conmoción”. Algunos días antes,
había dicho que la penitencia es una gracia, luego, llegando a Malta para conmemorar
el naufragio de San Pablo había observado que este naufragio había sido un nuevo punto
de partida para la fe y la esperanza de los habitantes de la isla. De esta manera
el encuentro con las víctimas ha encontrado un significado de esperanza en el contexto
del encuentro del Papa con una Iglesia viva y en camino, capaz de reconocer sus heridas
con sinceridad, pero también capaz de obtener la gracia del alivio: ¡De este mensaje
teníamos necesidad!