El Papa invita a los seminaristas reunidos en el Pontificio Seminario Romano Mayor,
a “permanecer en el amor de Dios”
Sábado, 13 feb (RV).- Benedicto XVI visitó este sábado, en la fiesta de la Virgen
de la Confianza, el Pontificio Seminario Romano Mayor, donde fue recibido por más
de 190 seminaristas de diferentes seminarios, a quienes impartió una Lectio Divina
reflexionando sobre el capítulo 15 del Evangelio de Juan, y las dos palabras centrales
de este pasaje: “permaneced” y “observad”.
“Permaneced –invitó el Papa- en
esta gran historia del amor que es la historia de la verdadera felicidad”. Porque
precisamente a través de este don, explicó el Santo Padre, Dios se ha hecho “uno con
todos nosotros”, y al mismo tiempo “nos ha hecho uno”. En este sentido Benedicto XVI
invitó a los seminaristas a rezar para que “este misterio penetre en nuestra mente,
en nuestro corazón, y cada vez más seamos capaces de ver y de vivir la grandeza del
misterio, y de este modo comenzar a realizar este imperativo: ‘Permaneced’”.
El
segundo imperativo que analizó el Papa fue “observad”. La observación, explicó Benedicto
XVI, “es el segundo nivel de la relación con Dios, es decir, el nivel ontológico”,
porque Dios nos ha dado primero su amor. “El cristianismo no
es un moralismo, no somos nosotros que tenemos que hacer lo que Dios espera del mundo,
sino que tenemos que entrar en este misterio ontológico. Dios se da Él mismo, su ser,
su amar precede nuestro actuar y en el contexto de su cuerpo, en el contexto del estar
en Él, identificado con Él, ennoblecidos con su Sangre, podemos también nosotros actuar
con Cristo”.
Por lo tanto, añadió el Santo Padre, “la ética es consecuencia
del ser”, de este modo, “no tenemos que actuar por obediencia exterior, sino actuar
según nuestro ser”. “La verdadera justicia
no consiste en la obediencia a unas normas, sino que es el amor, el amor creativo
que encuentra en si, la riqueza, la abundancia del bien”.
Benedicto XVI concluyó
evidenciando que “observar” es el signo del “permanecer”. “Dios – finalizó el Papa-
se ha hecho conocer, se ha mostrado; ya no es el Dios desconocido, el Dios lejano,
o el Dios escondido. La verdadera omnipotencia de Dios es llegar a un amor que sufre
por nosotros”. “Agradezcamos a Dios
la grandeza de su amor, oremos para que nos ayude a crecer en su amor, permaneciendo
siempre en su amor”.