Benedicto XVI reitera que la producción de bienes y servicios no debe supeditarse
sólo al beneficio económico, sino también a la promoción del bien común
Sábado, 6 feb (RV).- A última hora de la mañana, el Santo Padre ha recibido en audiencia
en la Sala Clementina del Vaticano a los dirigentes y personal de la ACEA (Empresa
municipal de Energía y Ambiente).
En su discurso, el Papa sea ha complacido
con la ACEA (la empresa romana de Electricidad y Agua) por el proyecto de colaboración
realizado con la Fundación Juan Pablo II para el Sahel, que tiene como objetivo responder
a la emergencia de llevar agua y energía algunos países africanos. Además el Pontífice
ha observado con interés la Carta de Valores y el Código Ético que rigen en los principios
de esta empresa municipal de la Ciudad Eterna basados en la responsabilidad, la transparencia,
la corrección, y el espíritu de servicio y de colaboración con la ciudad.
Después
el Pontífice ha recordado que esta empresa está celebrando el centenario de su fundación,
tras haber sido instituida en 1909, en referéndum, con carácter municipal, por los
mismos ciudadanos romanos, para que la iluminación pública y los transportes fueran
gestionados por el ayuntamiento romano. Una relación de servios sociales que han crecido
en la medida que la ciudad y las nuevas realidades municipales también han ido aumentando
y ensanchándose, con las necesidades que ello conllevaba.
El Santo Padre ha
señalado que la celebración centenaria llega al final de un periodo denso de dificultades,
caracterizado por una grave crisis internacional que ha llevado al mundo a cuestionarse
sobre el modelo de desarrollo basado en las finanzas y el provecho, para orientarlo
y poner en el centro la acción del hombre y su capacidad de producir, de innovar,
de pensar y construir el futuro.
“Como he subrayado en la Encíclica Caritas
in Veritate, es importante que crezca la conciencia a cerca de la necesidad de una
mayor responsabilidad social de la empresa, que lleve a tener en cuenta justamente
las expectativas y necesidades de los trabajadores, de los clientes y de los encargados
de abastecer a toda la comunidad, teniendo en cuenta una particular atención hacia
el ambiente. De este modo la producción de bienes y servicios no estará unida exclusivamente
a la búsqueda del provecho económico, sino también a la promoción de los bienes de
todos”.
El Papa ha manifestado su satisfacción por el compromiso de la ACEA
de tutelar el ambiente a través de una acción sostenible de los recursos naturales,
la reducción del impacto ambiental y el respeto de la creación.
“Sin embargo,
es igualmente importante favorecer una ecología humana, capaz de transformar el ambiente
de trabajo y las relaciones interpersonales para que sean dignas del hombre. Quisiera,
a este propósito, reiterar lo que ya he afirmado en el Mensaje para la Jornada Mundial
de la Paz de este año, auspiciando la adopción de un modelo de desarrollo fundado
en la centralidad del ser humano, de su promoción, de la capacidad de compartir el
bien común, en la responsabilidad y también en la conciencia del cambio necesario
en los estilos de vida”.